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Crónica:28ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Media docena de rosas

El Barcelona completa una actuación colosal ante el Málaga en un Camp Nou muy primaveral

Ramon Besa

El Barcelona se regaló un gol por cada punto de diferencia que le saca al Madrid cuando empieza la cuenta atrás de la Liga. Nada mejor para saludar la llegada de la primavera que marcar seis tantos como seis rosas. La victoria fue tan hermosa que redundará en el elogio universal hacia el equipo de Guardiola. No es fácil apelar a la prudencia ante la incontinencia futbolística de los azulgrana, dispuestos a responder a las exigencias más ambiciosas, especialmente caudalosos en el día dedicado al agua, siempre respetuosos con las cosas del entorno.

A veces da la sensación de que resulta difícil jugar mejor al fútbol. Funcionó el Barça a pedir de boca hasta que se rompieron Iniesta y Xavi, los dos volantes más preciosos de un plantel de porcelana, por fino y frágil. Artísticamente, la de ayer fue una actuación colosal desde el punto de vista azulgrana, repleta de detalles estupendos, pletórica en su conjunto. Irreprochable.

BARCELONA 6 - MÁLAGA 0

Barcelona: Valdés; Alves, Márquez, Cáceres, Sylvinho; Xavi (Bojan, m.67), Touré (Keita, m.26), Iniesta (Gudjohnsen, m.60); Messi. Eto'o y Henry. No utilizados: Pinto, Hleb, Víctor Sánchez y Botía.

Málaga: Goitia; Gámez (Gaspar, m.62), Cuadrado, Helder Rosario, Nacho; Eliseu, Apoño, Lolo (Duda, m.62), Luque (Adriano, m.75); Fernando y Salva. No utilizados: Arnau, Pere Martí, Cheli y Pablo Barros.

Goles: 1-0. M. 19: Xavi. 2-0. M. 25: Messi. 3-0. M. 32: Henry. 4-0. M. 44: Eto'o. 5-0. M. 51. Dani Alves. 6-0. M. 77. Eto'o.

Árbitro: Muñiz Fernández. Mostró la tarjeta amarilla a Nacho, Lolo, Alves, Gámez y Gudjohnsen.

Camp Nou: 75.178 espectadores.

Xavi estuvo especialmente lúcido como asistente y generador de juego
Los azulgrana se recrean con cinco delanteros y sólo lamentan las lesiones
Realizaron 26 remates y recuperaron la media de tres tantos por encuentro
Más información
Iniesta, Xavi y Touré, lesionados

El partido puede parecer cronológica y estéticamente uno más de una serie exquisita, por bien jugado y mejor resuelto, previsible desde el inicio hasta el final, prueba tanto de la fiabilidad del Barcelona como de la incapacidad del rival para revertir el relato azulgrana desde que alcanzó precisamente el liderato en La Rosaleda. Aunque repetida, la victoria de anoche fue, sin embargo, especialmente contundente y embriagadora, sobre todo por la belleza del fútbol y de los goles barcelonistas y por la carta de presentación del Málaga, un contrario compacto y peligroso como visitante, lleno de jugadores interesantes. Los muchachos del profesor Tapia fueron desbordados y sepultados por el Barça, que ni siquiera necesitó de la figura del medio centro, por la lesión de Touré, para desplegarse en la cancha andaluza y marcar las diferencias en menos de media hora después de una nueva exhibición coral.

Apretaron muy arriba los azulgrana, recuperaron rápido la pelota y se ganaron posiciones de remate con repetida facilidad. El gol se anunciaba en la festiva grada desde que Iniesta exigió a Goitia en cuanto el engominado Muñiz Fernández dio por iniciado el partido. No hubo tiempo para mirar al peinado del árbitro ni reparar en el Málaga, cuyos jugadores se iban cargando de tarjetas en su fallido intento de parar el encuentro. Los goles del Barcelona se sucedieron con tanta plasticidad como rapidez, aparentemente todos iguales por como fueron concebidos y, al mismo tiempo, diferentes, por su definición y también por su marcador.

Así, sorprendió que fuera Eto'o quien asistiera a Xavi, espléndido en el control con la derecha y el disparo con la zurda, en el 1-0. Tampoco es muy normal que Messi remate a la escuadra con la diestra y no con la izquierda como sucedió en el 2-0 después de una preciosa diagonal en la que eliminó a Eliseu y Helder una vez hubo controlado el cuero con el pecho. Igualmente artístico resultó el 3-0, tanto por la asistencia de Xavi como por la acción terminal de Henry, que sentó al portero antes de cruzar a la red. Asegurado el triunfo, el equipo azulgrana trabajó para las causas individuales. Xavi y Henry, por ejemplo, habilitaron al pichichi Eto'o en el 4-0 y el 6-0 y, en medio, Alves no paró en su carrera hasta cabecear en el área un centro telegráfico de Iniesta en el 5-0. Incluso Sylvinho y Valdés completaron una sublime actuación colectiva.

El Barça se recreó en su victoria y al final alineó a cinco delanteros para ratificar su monólogo ofensivo y también su equilibrio en la cancha y la mayoría de sus virtudes, que empiezan por la solidaridad frente al egoísmo.

No hubo mambo y ni siquiera llegó el séptimo tanto, que se resiste desde hace ocho años, porque Iniesta se lesionó y el partido se paró de forma abrupta. Al poco, se cayó también Xavi y el Barça contó prácticamente una baja por cada gol. El parte médico prevé 15 días de baja para los lisiados, circunstancia que descarta su participación en los compromisos de sus selecciones. Momento oportuno, por tanto, para parar, contar y rebobinar en el Camp Nou. Los azulgrana sumaron 26 remates y recuperaron la media de tres tantos después de un excelente partido. Al mando de un imperial Xavi, el Barcelona presionó mucho y bien, combinó con fluidez, aceleró el juego y dio velocidad a la pelota; los delanteros tiraron buenos desmarques para generar espacios y que pudiera llegar la segunda línea, y los goles cayeron con naturalidad.

No hubo un solo jugador que no respondiera a las obligaciones del puesto. Así se entiende la precisión del equipo, la arquitectura de su juego, el catálogo de recursos del plantel. Los aficionados disfrutaron con un equipo en plena forma. Aunque el valor sólo se lo concederán los títulos, el actual equipo del Barça puede medirse en juego con el más pintado de la historia azulgrana.

Xavi disputa la pelota con Lolo.
Xavi disputa la pelota con Lolo.EFE

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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