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DESDE MI SILLA DE RUEDAS | TOUR 2009 | Undécima etapa
Columna
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Mitad de carrera

La etapa de ayer fue un bonito día..., para los que gustan de ver tomas aéreas de los castillos de Francia. Sublime. Porque por lo demás no hubo mucha más historia, y eso que la trampa encubierta del kilómetro final en prolongada subida hacía que la emoción por la etapa no se redujese a ver quién sería el segundo por detrás de Cavendish.

El paisaje nos entretenía y sustituía a la nula emoción que provocaba la escapada. Una escapada que actuaba más de comparsa que de animadora de la jornada, pues sus posibilidades de éxito eran más bien nulas. Por detrás, trabajaban en conjunto los compañeros de Cavendish, que esperaban una cuarta victoria del inglés, y los míos, que apuraban las posibilidades de Óscar Freire en una llegada que parecía ideal para sus condiciones (también lo fue la de Barcelona, y allí fue segundo; y más fácil aún lo tuvo en la etapa de Tarbes, pero ahí el equipo no pudo con la fuga y se tuvo que conformar con ser tercero).

Ya está decidido quién es el mejor velocista y cuál es el mejor equipo lanzando 'sprints'
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Esto es lo que opinaba a priori Christian Prudhomme, director general del Tour de Francia sobre esta etapa en la página web oficial de la carrera: "Los corredores están a mitad de camino entre Mónaco y París, pero todo estará aún por decidir. Saint-Fargeau puede convertirse en una etapa decisiva para el maillot verde. Los aspirantes deberán estar a la altura".

Lo de mitad de camino no era cierto geográficamente pero sí cronológicamente. Diez etapas disputadas y diez por disputar, y ayer la undécima. Y cuatro, que se dice pronto, cuatro ganadas ya por Cavendish, con la posibilidad real de ganar algunas más, pues vista la autoridad con la que gana, a ver quién se atreve a soplarle a este hombre.

También acertó la predicción en lo del maillot verde, pues Cavendish le arrebató ayer a Hushovd esta prenda por la que ambos pugnan. Estuvieron a la altura los dos, primero y quinto en la etapa respectivamente. Y el segundo en la etapa, Farrar, metiéndose tímidamente en la lucha empatado a puntos ahora con Rojas, tercero en esa clasificación. Sí, un lío pero todos a la altura.

Ahora bien, quizá confundió Prudhomme su predicción con sus deseos, porque eso de que todo está por decidir es bastante relativo. Hay aún muchas cosas por decidir, pero quién es el mejor velocista de este Tour está ya decidido, aunque no se lleve en París esa ansiada camiseta verde. Y también cuál es el mejor equipo lanzando estos sprints, por la labor tan calculada y estructuradamente exacta que hacen los Columbia en los días en los que saben que Cavendish será capaz de imponer su ley.

Sí que está por decidir cuál de los corredores del Astana se llevará el amarillo, eso sí. Y quizá no lo veamos hasta el penúltimo día en el Ventoux, esa subida en la que según el director de la carrera "el maillot amarillo deberá encarar con respeto y humildad la más temida ascensión del Tour".

A ver si acierta Prudhomme con esto último, que según lo leía me entraba el miedo de que, después de humildad, dijese: "la jerarquía establecida dentro de su propio equipo". No, por favor, pido guerra en los Alpes para que no haya lugar a estas hipotéticas situaciones.

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