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Reportaje:

Nadal sigue buscándose

El español cae en Montreal ante Del Potro en un partido "física y mentalmente duro"

"Mentalmente he tocado fondo". El día que Rafael Nadal anunció que no jugaba Wimbledon, justo cuando comenzaron sus dos meses y medio de baja forzada por una tendinitis de inserción y un edema óseo en cada rodilla, no habló sólo de músculos y articulaciones. El número dos del mundo, un devorador de voluntades, admitió que al calor del dolor de sus rodillas había descubierto una debilidad impensable: "Cuando juego pienso más en las rodillas que en el tenis. Creo que he llegado al límite y que necesito una limpieza para volver con fuerza". Por primera vez en su carrera, la mentalidad de hierro de Nadal estaba en entredicho. Recién vuelto a las pistas y finalizado el primer examen en cuartos de final del torneo de Montreal (Nadal perdió en la madrugada del viernes ante Juan Martín del Potro por 7-6 (5) y 6-1), el español ha transmitido que su recuperación transcurre por un doble camino: recobrar el punto físico y, sobre todo, reencontrarse con ese músculo de fuerza incalculable que es su mente.

"Tuve que concentrarme más de lo normal. Estoy feliz con el primer 'set"
"Las rodillas están muy bien", dijo Nadal, con ampollas en las manos

No está siendo fácil. "Ha sido duro para mí jugar a este nivel", resumió el mallorquín tras su partido, visiblemente contento por un primer set en el que se tuteó con el número seis del mundo y para nada disgustado por el bajón del segundo. "Eso es normal", dijo. "Estoy muy feliz con el primer set. Creo que he jugado muy bien, en mi mejor nivel tras la lesión. Por eso estoy muy contento. Es normal que tras dos meses fuera de la competición...Necesité concentrarme más que normalmente. Física y mentalmente fue duro estar concentrado durante todo el partido".

Nadal llegó a Montreal con muchas decisiones por tomar. Acabó jugando el dobles con Francis Roig, su asesor técnico, de 41 años, porque resolvió tan tardíamente participar en el torneo que no encontró otra pareja. Subido en el avión, no esperaba grandes cosas de sí mismo. Volver a competir, reincorporarse a la rutina del circuito y poco más. En Montreal, además de restaurantes interesantes, se ha encontrado con que podía jugar sin sus famosas protecciones en las rodillas; con que en público sólo necesitaba la atención del fisioterapeuta para tratar las ampollas de sus manos; y con una agradable sorpresa.

"¿Ha sido su actuación mejor de lo que esperaba?", le preguntaron tras ser eliminado. "El nivel ante Del Potro, seguro", contestó el mallorquín, que habla diariamente con su tío y técnico, Toni Nadal, con el que se reencontrará en el Abierto de Estados Unidos. "He jugado contra Del Potro, que viene de ganar el torneo de Washington, jugando a muy buen nivel...y estuve a su mismo nivel en el primer set. Tuve una gran oportunidad de ganar ese set. Eso es muy positivo. Pensé que si lo ganaba podría relajarme un poco en el segundo y volver a intentarlo en el tercero... pero fue duro concentrarse todo el tiempo. Necesito un poco más, más horas".

Buscando esas horas de pista y competición antes del Abierto de Estados Unidos, que arranca el 31 de agosto, Nadal jugará ahora el torneo de Cincinnati, que comienza el 16. El español está exento de primera ronda y, en principio, jugaría en segunda contra el vencedor del partido que enfrente al italiano Andreas Seppi con un tenista procedente de la clasificación. Puede que Nadal, feliz con el estado de sus articulaciones -"las rodillas están muy bien"-, juegue ahí el dobles con Novak Djokovic, el número cuatro, según la prensa canadiense.

Lo que no se sabía a las 22.00 horas de ayer, que es cuando se cierra esta edición, es si el español participaría en el torneo estadounidense como número dos del mundo: una victoria de Andy Murray sobre Jo Wilfried Tsonga, ganador de Roger Federer en un partido increíble (ganó 7-6, 1-6 y 7-6 tras ir perdiendo 1-5 en la manga definitiva), le relegaría al número tres. Eso, en términos tenísticos, es un terremoto: desde el 18 de julio de 2005 Federer y Nadal se han repartido los dos primeros escalones de la clasificación mundial. Tras casi cuatro años de pulso planetario entre ambos, el tenis vive meses de zozobra, tiempos inquietantes, en los que el suizo igual gana dos grandes -Wimbledon y Roland Garros- que se despide pronto y ante cualquier contrario, mientras que el español se lo replantea todo.

Para el futuro, sin embargo, Del Potro dejó una reflexión: "Rafa se mueve igual que la última vez que jugué con él. Se mueve bien. Cuando juegue más partidos, puede ser duro para cualquiera. Es un jugador muy peligroso. Estoy feliz de haberle visto luchando en la pista hasta el final". Es el resumen de Montreal: durante un set, Nadal se pareció a sí mismo.

Rafael Nadal celebra un punto durante el partido contra Juan Martín Del Potro.
Rafael Nadal celebra un punto durante el partido contra Juan Martín Del Potro.REUTERS

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