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Reportaje:

Nadal sobrevive a su hombro

El tenista se impuso a Feliciano López soportando una lesión

Rafael Nadal, número uno del mundo, venció ayer con dolores en el hombro izquierdo a Feliciano López (6-4 y 6-4), y se clasificó así para las semifinales del torneo de Madrid, donde jugará contra el francés Guilles Simon que superó al croata Ivo Karlovic por 7-6(1), 4-6 y 7-6(2). El mallorquín es hoy un tenista con parches. El miércoles se retiró del dobles para no agravar la sobrecarga lumbar que amenazaba con cortar su progresión en el torneo individual. Y ayer, pese a la victoria, vivió "una situación un poco de emergencia", según el doctor Cotorro, su médico personal. "Le molesta el hombro", le dijo a este periódico; "tiene dolor en la parte posterior. Con el tratamiento tradicional no ha sido suficiente. Hemos tenido que decidirnos por un tratamiento más de ataque al final, porque la situación era un poco de emergencia. Le hemos tratado con mesoterapia [microinyecciones para calmar el dolor]".

"El tratamiento normal no ha sido suficiente. Usamos mesoterapia", explica su doctor
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"¡Aznar, demuestra tu saque!"

El mallorquín jugó rodeado por el temor de la retirada. Son las cosas de Nadal: lesionado y sin posibilidad de sacar a velocidades serias, ganó a Feliciano y se regaló la opción de asegurar su número uno hasta final de curso si vence hoy.

"Hasta última hora estuve ahí, ahí. El doctor me ayudó muchísimo. Me levanté mal, hice todo tipo de cosas hasta hace casi dos horas y, por suerte, pude salir a jugar", explicó el mallorquín. "He sacado correcto, a porcentaje, para intentar empezar el punto dominando de derecha".

La victoria de Nadal se convirtió en una clase maestra de colocación de saques que desnudó la capacidad de Feliciano López como restador. El número uno, maniatado por el dolor en el hombro, sirvió a velocidades de una lentitud asombrosa. Sólo cuatro de sus servicios en la primera manga superaron los 170 kilómetros hora, una barrera que no tiene ningún prestigio entre los tenistas más imberbes. Nadal cayó hasta los 137 kilómetros hora en sus servicios más bajos, llegó hasta 182 en el mejor, y se valió de su tradicional juego de arrastre y barrida sobre el revés contrario para dominar la discusión. El mallorquín sobrevivió gracias a dos factores: usó los efectos para alejar la bola de López, lograr que le avasallara, o que le botara a la altura del rostro. El toledano, además, mantuvo un patrón de resto discutible. Ante una apuesta más arriesgada, Nadal hubiera tenido pocas posibilidades de supervivencia.

"Pude hacer más", reconoció Feliciano. "Él no sacó a todo lo que podía en el primer set, pero como es zurdo, quizás cometes algún fallo más al resto". "Rafa siempre tiene gran cantidad de dolores. Ha aprendido a convivir con ellos. Otro, quizás, no hubiera saltado a la pista". "Se me quedó un poco dormido el brazo", explicó Nadal; "no iba del todo suelto".

El entrenamiento del mallorquín fue una advertencia. Nadal no llegó a la media hora de práctica y eligió como compañero a un tenista de confianza, el madrileño Fernando Verdasco. Pese a que el calendario todavía le reserva dos citas subrayadas en rojo -la Copa de Maestros y la final de la Copa Davis, ambas en noviembre-, decidió jugar.

Juan Martín del Potro, por su parte, dejó su futuro en manos de Federer. La conversación tuvo lugar en la red, con el argentino derrotado y el suizo clasificado (doble 6-3) para semifinales, donde se enfrentará con Andy Murray. "Espero verte en Shanghai", le dijo Federer a Del Potro, que mira de cerca al torneo de maestros. "¡Pues no me ayudaste en nada!", contestó Delpo, hundido por cuatro dobles faltas.

Rafa Nadal celebra la victoria contra Feliciano López.
Rafa Nadal celebra la victoria contra Feliciano López.AFP

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