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Reportaje:26ª jornada de Liga

"Nos alegramos mucho por El Pipa"

Los compañeros de Higuaín celebran que responda con goles a la campaña de descrédito contra él

El vestuario del Madrid se abrazó a Higuaín. Al salir de Zorrilla, tranquilo después del triunfo, lo dijo Albiol con una sonrisa en los labios: "Nos alegramos mucho de lo que le ha pasado hoy al Pipa".

Cuando a un equipo le cuesta tanto jugar bien al fútbol, el caso de este Madrid, necesita aferrarse a un bombardero que le resuelva los partidos. El Madrid no tiene uno. Tiene dos: Cristiano Ronaldo e Higuaín. El primero abrió el triunfo sobre el Valladolid y el segundo lo remató con un triplete. Debió de ser una noche muy feliz para Higuaín, pero decidió abandonar el estadio sin hablar en público. Lo celebró con sus compañeros y se marchó al autobús en silencio. Tal vez, porque no quería justificarse. No quería defenderse de las difamaciones que se han extendido en su contra en los alrededores del Bernabéu. En cualquier club recibiría el tratamiento de un ídolo. Como el Madrid obedece a un funcionamiento particular, desde sus despachos surgen voces que le cuestionan. Voces que, aprovechando la eliminación en la Champions, culparon a Higuaín de boicotear a Cristiano en las jugadas de ataque. El argentino respondió en Valladolid a la campaña de descrédito. Lo hizo con tres goles que afirman al Madrid en la cabeza y a su entrenador, Manuel Pellegrini, relativamente tranquilo tras la tormenta.

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"El Pipa quedó afectado por el partido del miércoles", admitió el entrenador, que también ha sufrido una ola de críticas desproporcionadas y ayer se mostró pálido, cerúleo. "Es un jugador de mucha personalidad al que se le cargó la derrota ante el Lyon y se le acusó de tener un comportamiento egoísta con los compañeros. Me alegro especialmente por él y por el plantel porque hemos demostrado que estamos unidos. Higuáin reivindicó su valía con goles por todo lo que se dijo de él durante la semana", apuntó.

En el Madrid hay dirigentes que ven a Higuaín como una fabulosa fuente de ingresos esperando ser explotada el próximo verano. Una pieza esencial en la estrategia de traspasos que permitirá traer a otro delantero con más cartel publicitario. Cada gol que mete Higuaín dificulta la puesta en marcha de estos planes. El hombre, que ya fue el goleador del equipo el curso pasado, con sólo 21 años, lleva 19 goles esta temporada y compite por ser pichichi. Ayer no sólo se recuperó él mismo del fracaso europeo, sino que sacó del pozo al equipo y lo celebró abrazándose a su presunto adversario interno, Cristiano.

Sergio Ramos, que tiene galones de capitán, lamentó que en muchos medios se dijera que Higuaín no le pasaba la pelota a Cristiano. El central aprovechó para desmentir esas versiones contra los dos futbolistas que mantienen vivo al equipo en la Liga, la última competición que puede conquistar: "Tanto yo como cualquier otro hemos dicho siempre que hay muy buen rollo en el vestuario. Hoy hemos demostrado eso, que estamos muy unidos".

Cuando llegó al Madrid, con 18 años, Higuaín se encontró con resistencias de todo tipo. Los primeros en menospreciarle fueron un grupo de compañeros cáusticos que le bautizaron como Igualín. Estos veteranos irónicos decían: "Sí, es igualín que Ronaldo". El comentario habría destrozado la moral de otro jugador. Pero Higuaín era especial. Siempre supo que inspiraba desconfianza, pero no le importó. Lleva tres años peleando contra los prejuicios y metiendo goles: 22 el curso pasado.

Pellegrini celebró la victoria y lamentó que el Valladolid diera tantas patadas: "Mantenemos un pulso paralelo al mejor equipo del mundo. Nosotros, con la capacidad goleadora; ellos con un funcionamiento muy fuerte. El de hoy ha sido un triunfo positivo desde el punto de vista anímico. Lo necesitábamos después de la eliminación en la Champions y para mantenernos en la punta del campeonato después del triunfo del Barça. Valoro los puntos y el juego. No ha sido fácil. Esperábamos un Valladolid muy agresivo y creo que se les pasó la mano pegando en el primer tiempo. Afortunadamente, no caímos en provocaciones. Dando patadas, no se salvarán del descenso".

Onésimo, el técnico del Valladolid, lamentó el comportamiento provocativo de Cristiano: "Se acercó a nuestro banquillo y nos mandó callar. Creo que hay que saber ganar y saber estar. Pero hay cosas que no se entrenan... En ese momento me habría gustado estar en el campo para poder responderle".

Higuaín y Cristiano Ronaldo se abrazan tras uno de los tres tantos del argentino.
Higuaín y Cristiano Ronaldo se abrazan tras uno de los tres tantos del argentino.CLAUDIO ÁLVAREZ

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