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Reportaje:Olimpismo

Nubes grises sobre Pekín 2008

Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 se espera que sean unos de los más competidos de la historia, con China y Estados Unidos luchando a brazo partido para hacerse con la primera posición en el medallero. De momento, sin embargo, los organizadores están inmersos en otra batalla, que puede resultar tanto o más difícil: barrer la contaminación que cubre continuamente la capital china.

Comités olímpicos nacionales, entrenadores y deportistas de diferentes países han mostrado su preocupación por la alta polución pequinesa, que, según algunos expertos, podría impedir la consecución de récords mundiales en disciplinas de resistencia como el maratón, que exigen un gran y prolongado consumo de oxígeno por parte de los atletas. Pekín asegura que la ciudad estará lista cuando a las 8 de la tarde del día 8 del mes 8 del año 2008 comience la competición. El número de los dos círculos superpuestos es el de la fortuna en China.

Los expertos creen que la polución puede impedir récords en deportes de resistencia

"Pekín es muy caluroso y húmedo en agosto, y hay preocupación sobre la calidad del aire", afirmó hace unos días John Coates, presidente del Comité Olímpico de Australia (COA). "Llevaremos cubos de medicamentos para las enfermedades respiratorias", añadió el doctor Peter Baquie, responsable médico de la delegación australiana.

Canberra ha iniciado una extensa campaña de vacunación de sus deportistas, que incluye hepatitis A y B, tifus, polio, tos ferina, difteria, sarampión, tétanos, rubeola y gripe. Pero Baquie cree que el principal enemigo serán las dificultades respiratorias. "Pekín introducirá algunos desafíos médicos que no hemos tenido en otros Juegos recientes. Pero tengo fe absoluta en la planificación y las estrategias de salud pública del comité organizador chino", señaló.

La capital china es una de las ciudades más contaminadas del mundo. Un hongo ocre y grisáceo de partículas químicas y polvo flota continuamente sobre la urbe, y en verano se mezcla con la humedad -que suele rondar el 80%- y el calor reinante, más de 30 grados. El año pasado, muchos de sus residentes se vieron afectados en primavera por una tos repetitiva, acompañada ocasionalmente con síntomas de ahogo, de la que no se libraron hasta meses después. Y durante el campeonato mundial júnior de atletismo celebrado en agosto, algunos participantes sufrieron problemas respiratorios. Según Shi Hanmin, director del departamento de protección medioambiental municipal, la calidad del aire "está aún por debajo de las normas nacionales, y de los compromisos adquiridos".

Giselle Davies, directora de Comunicación del COI, reconoce que este es uno de los desafíos que aún tiene por delante China. "Mejorar el medio ambiente está entre las principales cuestiones en las que se está centrando el comité organizador", dice. Entre 1998 y 2006, Pekín ha pasado de tener 100 días de cielo azul al año a 241.

Para China, la celebración de los Juegos va mucho más allá de la mera competición deportiva, ya que será el momento estelar de su puesta de largo en la escena internacional después de tres décadas de reformas económicas. Así que no está escatimando esfuerzos para atajar el problema. Las autoridades han expulsado del centro de la ciudad a las centrales energéticas, han cambiado miles de calderas de carbón a gas natural, y han jubilado más de 50.000 taxis y autobuses obsoletos. Incluso han echado el cierre a la acería Shougang, la cuarta mayor del país, situada al oeste de la capital. Además, para cuando se encienda la antorcha, habrán finalizado muchas de las obras que contribuyen a generar polvo. Y, previsiblemente, se tomarán otras medidas, como paralizar la actividad de fábricas y restringir el uso particular del automóvil. Un total de 2,8 millones de vehículos ruedan por Pekín.

"Durante los Juegos, los índices de dióxido de sulfuro, dióxido de nitrógeno, partículas inhalables y ozono cumplirán los valores de la Organización Mundial de la Salud, o alcanzarán el mismo nivel que en las metrópolis de los países desarrollados", asegura Niu Wei, portavoz del comité organizador. "Según el Departamento Municipal de Salud, julio y agosto son el mejor momento en Pekín en lo que respecta a calidad del aire". El Comité Olímpico estadounidense asegura que está vigilando la situación, y el COI va a enviar a Pekín un equipo para recoger información y hacer recomendaciones al lado chino.

Maqueta virtual del estadio Nacional Olímpico de Pekín.
Maqueta virtual del estadio Nacional Olímpico de Pekín.HISAO SUZUKI

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