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JJOO | CICLISMO

Olaberria engrosa el medallero español

La ciclista española gana el bronce en la prueba de puntuación femenina

Leire Olaberria ha ganado la medalla de bronce en la prueba de puntuación femenina por detrás de la holandesa Marianne Vos y de la cubana Yoanka González. Olaberría ha aprovechado el último sprint puntuado para superar a la colombiana Maria Luisa Calle y hacerse con el tercer puesto. Es la tercera medalla del ciclismo español en los Juegos de Pekín, tras los oros de fondo en carretera de Samuel Sánchez y de puntuación masculina en pista de Joan Llaneras. El bronce de Pekín es el mayor éxito deportivo de Olaberría a sus 31 años.

La ciclista vasca ha logrado el premio por detrás de la holandesa Marianne Vos, gran dominadora de la prueba, la única que ha ganado una vuelta extra, y de la cubana Yoanka González, que ha logrado así la primera medalla del ciclismo en pista de su país. Es la tercera medalla del ciclismo español en los Juegos de Pekín, tras los oros de fondo en carretera de Samuel Sánchez y de puntuación masculina en pista de Joan Llaneras, lo que convierte a la bicicleta en uno de los principales graneros de preseas. En la historia olímpica, el ciclismo ha aportado trece medallas, un número sólo superado por la vela.

Olaberria ha pescado en una carrera tranquila en la que las favoritas se anularon entre si y acabaron fuera de un podium en el que el nombre más previsible a priori era el de la cubana González. Ni el palmarés de Vos, ni el de Olaberría servían para augurar sus posiciones, pero la puntuación ha demostrado una vez más que es una prueba difícil de vaticinar. La rusa Olga Slyusareva, ganadora del oro en Atenas, del bronce en Sydney y de varios mundiales fue séptima y la británica Rebecca Romero, hija de un español, sólo pudo ser undécima.

La carrera ha sido de guante blanco. Las competidoras se vigilaron y apenas hubo ataques, todo tranquilo a la espera de los sprints puntuados donde González y Calle fueron las más atentas. Pero Vos ha sido la única que ha ganado una vuelta, sinónimo de 20 puntos de bonificación, un botín que en una prueba tan calmada era un trampolín directo al podium. Sumó diez más. González fue más constante. Ganó tres sprint, entre ellos el último, y puntuó en otros dos para acabar con 18 puntos y una plata que inaugura el medallero cubano en el velódromo y que supone su mayor éxito en una disciplina en la que es campeona panamericana en Río de Janeiro en 2007.

A sus 32 años, la cubana ha lograda el objetivo que se había propuesto en los Juegos, que no incluyen la categoría de scratch de la que fue campeona del mundo en 2003. Olaberria participaba por primera vez en unos Juegos y sabía que sería complicado lograr medalla. Estaban caras. Se decidió por ir sumando puntos poco a poco, estar en la pomada desde el primer momento. Fue segunda en el primer sprint, asomaba por la cabeza para vigilar todos los ataques. En el segundo sprint fue tercera y cuarta en el cuarto. Se mantenía entre las mejores, de segunda a cuarta de una general provisional en la que destacaban Vos y González.

Para ellas parecían reservadas las dos primeras medallas, pero la de bronce no tenía dueño. Olaberría postulaba a ella, pero Calle, más veterana y astuta, tampoco quería dejarla escapar en sus posibles últimos Juegos. La sudamericana ganó el tercer sprint y el sexto, estaba arriba del podium. Sólo Olaberria y la ucraniana Lesya Kakotovska podían disputárselo. Llegó el último sprint, el que parecía decisivo. González lo lanzó para asegurarse su plata. Olabarría salió a su rueda, apretó los dientes, se marchó directa a la meta, sin mirar a los lados. Allí estaba la gloria en forma de bronce olímpico.

Olaberria llega tarde a la bicileta

Olaberria llegó tarde a la bicicleta. Lo suyo era el atletismo, las pruebas de velocidad. Fue récord de España de los 100 metros en categoría cadete. "Creo que todavía sigue siendo récord", rememoró. Era la primera carrera de la temporada, tenía 16 años, viajó hasta Arganda del Rey con la selección de Euskadi. "La referencia para nosotras era bajar de 12 segundos y yo hice 11.86". No ha olvidado su marca. Ni tampoco que admiraba a Marion Jones, a Irina Privalova, a Merlene Ottey. Pero su peso y las lesiones le fueron frenando su progresión y perdió la ilusión. Se alejó del atletismo y se centró en sus estudios de turismo y en su trabajo de recepcionista en el palacio de hielo de San Sebastián. Comenzó a dar clases de patinaje y le gustaron los niños, así que estudió magisterio. Pero el deporte quedaba a un lado. Hasta que su novio, el ciclista Javier Azkue, le dijo: "¿Por qué no pruebas la bicicleta?". Se metió en el velódromo de Anoeta y comenzó una nueva pasión."Yo vivía cerca de Anoeta e iba alguna vez a ver competiciones, pero nunca se me había pasado por la mente practicarlo", afirmó. Tenía la fuerza y las características adecuadas para lograrlo y pronto recuperó la ilusión por el deporte, las ganas de competir. Y el gusto por la velocidad de la atleta. Comenzó a competir con 26 años, pero con grandes dosis de pasión.

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