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VUELTA 95

Olano toma el amarillo a 53 por hora

Es el primer líder español desde el 15 de mayo de 1992

Carlos Arribas

Han tenido que pasar más de tres años para que un corredor español vuelva a vestir el maillot amarillo de la Vuelta. Desde que el 15 de mayo de 1992 Tony Rominger desposeyera a Jesús Montoya, el liderato de la Vuelta siempre había recaído en ciclistas suizos. En dos para ser exactos: Rominger y Alex Zülle. Ha tenido que llegar Abraham Olano a su madurez para que eso sucediera. El corredor guipuzcoano, de 25 años, necesitó, además, lograr la media más alta en la historia de la Vuelta -53,503 kilómetros por hora- para lograrlo. Un aliento de esperanza para el ciclismo español.La Vuelta vuelve a oler a un duelo ONCE-Mapei dejado de lado tras el incidente Escartín. Hubo una lucha de dos guionistas. Uno, Manolo Sáiz, director del ONCE, con tendencia a planificar. El otro, Juan Fernández, técnico del Mapei, amante de la jugarreta. Los actores hasta sobreactuaron en sus papeles.

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Otra vez en la carretera

Sáiz estaba en su salsa y en su nube amarilla. El director cántabro había desplegado a sus hombres como si fuera un general en la batalla. La caballería por un lado, la infantería por otro y la artillería también. Cada fuerza entraba a su tiempo -excepto Melcior Mauri, que no anduvo rápido en la acción- y cumplía con su tarea. El primer mejor tiempo serio fue el de su belga Johan Bruyneel, conseguido ya a las dos de la tarde, nada más empezar el prólogo. Mauri, 20 minutos después, fracasó en su intento de mejorarlo, pero la batalla seguía con buen color. Le quedaban a Sáiz hombres de sobra. Tenía, por ejemplo, a su francés Laurent Jalabert, que igualó el tiempo de Bruyneel. Y a su verdadera apuesta, el suizo Alex Zülle -bicicleta especial de titanio, diseñada por Sáiz, en ristre, y, a sus espaldas, la voz de su técnico diciéndole por qué lado de la calle tenía que marchar y qué desarrollo debía utilizar en cada momento-, de quien se creyó que había dado con el tiempo impepinable: 7.55 minutos. Sólo era cuestión de ver si alguien podía infiltrarse en un podio teñido de amarillo ONCE.

Juan Fernández hizo como el boxeador bruto: ante las florituras, contundencia. Primero, el italiano Adriano Bafli, que mejoró en un segundo a Bruyneel. Ya no habría podio sólo ONCE. 20 minutos después, el golpe del KO. La exhalación Olano. Cuatro segundos menos que Zülle invirtió el de Anoeta.

Es muy probable que Abraham Olano pierda hoy el maillot amarillo. Las bonificaciones -12, 8 y 4 segundos en la meta, y 3, 2 y 1, en los dos sprints especiales- entran en juego. Baffi y Jalabert -dos, reputados llegadores- tienen a tiro el liderato. Pero aunque hoy caiga, Olano puede ganar la Vuelta. Es el hombre fresco para la tercera semana. Es el corredor que se ha pasado el mes de agosto subiendo los Pirineos, hartándose de subir el Tourmalet, siguiendo los métodos del doctor Ferrari. Llega en una forma que asusta. Sube y contrarrelojea. ¿Algo más?

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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