_
_
_
_
_
Montañismo

Dos españoles intentarán escalar el Himalaya en cordada alpina

Antonio Guerrero

El próximo mes de mayo partirá hacia el Himalaya una reducida expedición española, compuesta únicamente por Antonio Trabado y Javier Alonso, los cuales intentarán escalar el Hidden Peak (8.068 metros), siguiendo la técnica de cordada alpina, es decir, sin campamentos de altura, sin porteadores, sin oxígeno, como sería habitual. Será la primera vez que algo así va a ser intentado por una cordada totalmente española, además de que constituye un nuevo paso a favor de la simplificación y abaratamiento de lo que hasta ahora constituían las expediciones (muy pesadas y con un elevado número de componentes).

El día 30 de mayo partirá de España esta expedición que, hacia mediados de Junio, intentará escalar el Hidden Peak. Este pico, también denominado Gesherbrum I, es uno de los más difíciles dentro del glaciar del Batoro, en la zona del Karakorum, y quizá por este motivo ha sido elegido por estos dos jóvenes montañeros, Antonio y Javier, de veintidós y veintitrés años, respectivamente, los cuales intentarán escalarlo por su cara oeste, la mas dificil de la vertiente paquistaní.

Distinto sistema

En cuanto a la forma de llevar a cabo esta expedición, el sistema es completamente distinto a lo que hasta ahora se conocía. Sin embargo, está plenamente dentro de las últimas tendencias que han surgido del alpinismo europeo: escalar en el Himalaya de la misma forma que se hace en los Alpes, es decir, dos hombres escalando formando cordada y prescindiendo de los campamentos fijos de altura, de los porteadores, de las cordadas de apoyo, llevando el material imprescindible (aunque, eso sí, con lo mejor que hay en el mercado) y sin utilizar bombonas de oxígeno. Precisamente esta última cuestión será la que les ocupe el mayor tiempo de la expedición, ya que necesitarán entre diez y doce días para aclimatarse, mientras que el ataque a la pared durará solamente unos tres días.De todos modos no han olvidado el informarse debidamente, para lo cual estuvieron hablando con Messner la última vez que estuvo en nuestro país, y, hace poco, han tenido contactos con los franceses Marbaud y Barrad, que escalaron este pico el año pasado, aunque por una ruta más sencilla.

De momento, y hasta la fecha de partida, se están preparando con entrenamientos físicos todos los días (sobre todo, ejercicios respiratorios), escalan montañas cercanas y cuidan mucho una parte importante: el entrenamiento psíquico, el cual es fundamental para hacer frente a las penalidades de este tipo de empresas.

Por otro lado, su aventura quedará plasmada en celuloide, ya que estarán acompañados por un equipo de filmación de RTVE, formado por Sebastián Alvaro, Carlos Contreras y Manolo Martínez, el cual va en calidad de asesor de los cámaras y con la misión concreta de guiar a éstos para que puedan ascender a la altura necesaria para filmar toda la ascensión.

En cuanto a dificultades, si la expedición ofrece ya muchas por la montaña, la principal, según los protagonistas, la han tenido aquí, en el llano: la cuestión económica. Al parecer, tuvieron grandes problemas para solventar este capítulo debido a su edad: «Pensaban que no seríamos capaces por ser jóvenes». Sin embargo, su entusiasmo ha sido tal, que han conseguido importantes ayudas (a base de moverse por todas partes) para cubrir el presupuesto total de tres millones de pesetas -aunque en dinero contante y sonante sólo será de un millón y medio, y el resto, en material-. Las principales ayudas, en este sentido, las han tenido por parte de la Federación Española de Montañismo y de unos grandes almacenes. Igualmente han recibido importantes aportaciones de varias firmas comerciales (principalmente fábricas de material de montaña), del Ayuntamiento de Madrid y de la Diputación Provincial. RTVE les da la película de dieciséis milímetros que necesitan (valorada en unas 800.000 pesetas).

Todos estos logros, sin embargo, se han hecho con la contrapartida de hacer publicidad, lo cual es lógico. En este sentido reconocen que ellos tienden al profesionalismo, porque no hay otra forma de conseguir ayuda económica. Es más, aceptarían ser profesionales porque piensan que éstos son buenos para el deporte, en cuanto a la promoción de éste y los importantes logros que realizarían. Messner, por ejemplo, aparte de sus aptitudes personales y su calidad, ha llegado a donde está gracias a ser profesional.

Otro problema que también han solventado es el de los permisos para escalar esta montaña, lo cual ya se ha convertido en algo normal para expediciones al Himalaya. Realmente, habían pedido permiso para el Nanga Parbat (el año pasado Antonio Trabado iba a ir allí con Luis Fraga, pero cayó enfermo) y el Gobierno de Pakistán se lo ha concedido para éste.

Muestra de nivel

Superar todas estas dificultades y papeleos les ha costado un trabajo enorme, pero piensan que puede ser un paso muy importante en el desarrollo del alpinismo español. «Se necesitan hacer cosas así en el Himalaya para demostrar cómo está el alpinismo español, cuyo nivel es, muy alto, pero que, de cara al exterior, no se ha demostrado debidamente». Además es un acicate para aquellos que piensan que esto es «cosa de extranjeros», ya que la elite del alpinismo español está a la altura del resto del mundo. «También», según dicen, «es una forma económica de hacerlo, ya que esas grandes expediciones (de muchos millones de coste) son una lacra.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_