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COPA DEL REY | GETAFE 1 - SEVILLA O

Palop rescata al Sevilla

Una majestuosa actuación del portero evita la remontada de un Getafe primoroso en el que sólo vio puerta Soldado

Un grandioso Palop apeó a un magnífico Getafe de la final de Copa en un encuentro trepidante que agrandó más si cabe la leyenda del torneo y que castigó la falta de pegada del cuadro de Míchel, negado frente a un portero portentoso por el que no pasan los años. Palop se convirtió en el actor decisivo del Sevilla y de una eliminatoria en la que no cedió un ápice a los intentos del Getafe de echarle el guante al resultado de la ida, una remontada que no se cimentó en la primera media hora por la extraordinaria labor del arquero valenciano.

Solo contra todos, con su propia zaga como principal enemigo, Palop mantuvo a flote a un Sevilla desaparecido y ahogado en su área desde el principio hasta el final. La escuadra de Manolo Jiménez, al que Iturralde González expulsó mediada la primera parte, remaba de mala manera detrás del balón, deshilachadas sus líneas y con Luis Fabiano abandonado a su suerte. Olvidado por sus compañeros, con Renato, Zokora y Romaric desbordados por las exquisiteces de Parejo y Casquero, el brasileño se dedicó más a trampear el partido que a probar a Ustari. El meta argentino apenas tuvo faena, con la excepción de algún recado lejano de Romaric. Palop la tuvo a destajo en otra cátedra baldía del Getafe, que movió el balón como los ángeles y se fabricó ocasiones de todas las formas y colores.

Getafe 1 - Sevilla 0

Getafe: Ustari; Torres (David Cortés, m. 46), Cata Díaz, Rafa (Miku, m. 84), Mané; Pedro León, Parejo (Albín, m. 76), Manu del Moral; y Soldado. No utilizados: Codina; Belenguer, Mario, Pedro Ríos y Kepa.

Sevilla: Palop; Adriano, Cala, Escudé, Fernando Navarro; Zokora, Romaric (Duscher, m. 61); Navas, Renato, Perotti (Fazio, m. 90); y Luis Fabiano (Kanouté, m. 80). No utilizados: Javi Varas; Dragutinovic, Capel, Lolo y José Carlos.

Gol:1-0. M. 52. Soldado remata en un escorzo un centro de Mané.

Árbitro : Iturralde González. Expulsó de roja directa a Manolo Jiménez (m. 25). También amonestó a Palop, Boateng, Cala, Fernando Navarro, Romaric, Soldado, Mané, .

Unos 12.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.

El primer aviso del grupo de Míchel llegó con el partido en los fogones. Corría el minuto cinco y Soldado, entre algodones hasta poco antes de la cita, se sacó de la chistera una vaselina delante de Palop que, igual de soberbio, tocó el esférico lo justo para mandarlo fuera. Sin apenas tiempo para el resuello Casquero echó el lazo a un balón suelto en el área y su chut hizo crujir la cruceta izquierda. Escudé despejó de mala manera la segunda oportunidad clarísima que se le negaba a un Getafe al que le faltó pegada y le sobró brillantina.

Ni siquiera la vanidad del colegiado mermó las acometidas del equipo de casa, copero por excelencia, que apagó los plomos del Sevilla por el centro o por las orillas. Pese a que Jiménez se había aprendido la lección en la ida, en la que reaccionó a tiempo para cortar la sangría metiendo a Romaric por Negredo, el mediocampo del Sevilla entregó la cuchara frente a la imaginación que destilaba Parejo. Al crío que emocionó a Di Stéfano le faltó estar más atinado a los 13 minutos, cuando finalizó de la peor manera posible, rematando al muñeco, después de una combinación con Soldado que le dejó delante de Palop.

La flojera de los atacantes del Getafe a la hora de definir no empañó la faena de Manu del Moral y en especial la de Pedro León. Dos puñales por cada orilla, los volantes del Getafe abusaron de Adriano y Fernando Navarro, que se cargó con una cartulina a las primeras de cambio, incapaz de frenar las acometidas del interior de moda del fútbol español.

La segunda parte no cambió una milésima el guión. Con una fe inquebrantable en su forma de entender el juego, el Getafe volvió a salir con el machete entre los dientes detrás de la proeza. Más difícil todavía con el Sevilla recogido en lo más profundo de la cueva, a la espera de un contragolpe con el que sentenciar la lidia. Un centro aparentemente sin chicha de Mané lo mandó a la red Soldado en un escorzo imposible que le valió para cruzar la pelota y alejarla lo suficiente de Palop.

El portero salió del vestuario igual de imantado que en su show del primer periodo. Lo demostró desviando con la pierna derecha un uno contra uno del matador del conjunto madrileño, en una de las enésimas veces que ganó la espalda de la defensa hispalense. El panorama para el Sevilla era tan preocupante que entró en escena Duscher. El argentino resultó ser el cortafuegos que durante una hora buscó el primer finalista de la Copa. Lentamente, como una gota malaya, su entrada como refresco a la medular terminó con el juego apabullante del Getafe. El cuadro de Míchel terminó desinflado y concediendo algunas contras suicidas, como una de Navas, o un libre directo de Perotti que hizo volar a Ustari. Mientras, los ataques del equipo azulón se volvieron previsibles: sólo un intento de Soldado desde fuera del área, antes del remate de Boateng sobre la bocina, volvió a testar a Palop, la roca que sostuvo a un Sevilla que sudó la gota gorda y contra la que se estrelló un Getafe estupendo pero, como sus mismos jugadores reconocen, blandito.

Palop para un disparo de Parejo
Palop para un disparo de ParejoREUTERS
Vuelta de la semifinal de Copa del Rey entre el Getafe y el Sevilla
El portero del Sevilla salva a su equipo de la remontada del Getafe

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