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Reportaje:Fútbol | La polémica de la altitud

Pelé contra Bilardo

La prohibición de la FIFA de jugar partidos internacionales a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar divide al mundo del fútbol

La decisión de la FIFA de prohibir los partidos internacionales a más de 2.500 metros de altitud ha dividido al mundo del fútbol. De un lado, los países afectados, como Bolivia, Ecuador o Colombia, que ven cómo desaparece un factor de ventaja cuando juegan en casa, y enfrente entrenadores y jugadores de sus rivales más directos, argentinos y brasileños sobre todo, que han sufrido en sus carnes el desgaste físico que supone jugar en altura. En medio, Carlos Bilardo, ex seleccionador argentino y médico de profesión, quien criticó ayer a la FIFA: "Seguro que no es lo mismo jugar en Bogotá, Quito y La Paz que en otros sitios, pero tampoco está bien jugar a altas temperaturas, como me tocó a mí en Malí con 50 grados cuando dirigía a la selección de Libia", declaró el seleccionador campeón del mundo con Argentina en México 1986.

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Pelé, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, se puso del lado de la FIFA. "Considero la medida interesante porque [los brasileños] siempre fuimos los perjudicados", aseguró el rey en Río de Janeiro; "no entendí por qué esperaron tanto tiempo".

De la misma opinión es el director médico de Argentina, Raúl Madero, quien considera "muy perjudicial" para los jugadores competir a más de 2.500 metros. "Los estudios demuestran que produce alcalosis [alcalinidad excesiva de la sangre], lo que provoca cefaleas, mareos, náuseas, alteraciones gastrointestinales y fatiga", opinó el médico en la página web de la Asociación del Fútbol Argentino. Es decir, más riesgo de lesiones.

"He jugado con mi selección en alguna ocasión en Bolivia y no es fácil respirar, se nota", explicó Regueiro, medio uruguayo del Valencia; "muchos jugadores no aguantan e incluso se desmayan".

Madero, sin embargo, reconoció que los deportistas que no están acostumbrados a la altitud pueden hacerlo siempre que tengan un periodo de adaptación.

Para Bilardo el inconveniente de jugar en ciudades como La Paz (3.600 metros sobre el nivel del mar) o Cuzco (3.400) se combaten con un cambio de táctica, no con prohibiciones.

La polémica no sólo alcanza a futbolistas y entrenadores. Los políticos también se han metido de lleno. El presidente de Bolivia, Evo Morales, pidió el lunes a la FIFA que reconsidere su posición, tomada tras una década de debate. Representantes de su Gobierno y de los de Colombia, Ecuador y Perú han trasladado su protesta a través de la Comunidad Andina.

La Copa América puede ser la primera perjudicada. El torneo, que enfrentará en Venezuela a las mejores selecciones del continente a finales de junio, puede sufrir el boicot de Bolivia, Colombia y Ecuador. Sus representantes analizaron ayer esta posibilidad, según reveló el vicepresidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Mauricio Méndez, en Zúrich. El objetivo es presionar a Venezuela para que vote a su lado en la Confederación Suramericana de Fútbol que analizará la polémica decisión el próximo 15 de junio.

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