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Renace Recoba, el hijo del taxista

El futbolista mejor pagado del mundo llega eufórico a Mestalla tras sus dos goles al Lecce

Cuando Raúl Recoba vuelva mañana al tajo del taxi, por las calles de Montevideo, buscará como cliente a algún turista italiano y le preguntará qué tal está jugando Álvaro Recoba en el Inter. '¿Por qué lo pregunta?'. 'No, por nada; porque es mi hijo', responderá el padre del futbolista mejor pagado del mundo, el primero que rompió la barrera de los seis millones de euros de sueldo limpio por temporada.

Tras cinco años en el Inter, el Chino Recoba no es el fuera de serie que Sandro Mazzola, mítico centrocampista del equipo en los años sesenta, creyó descubrir en el Nacional de Montevideo, pero sí un eléctrico extremo zurdo capaz de celebrar su 26º aniversario, el domingo pasado, con dos goles ante el Lecce, uno de ellos colosal.

No es el fuera de serie que creyó ver Mazzola, pero sí un eléctrico extremo zurdo
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Eternamente lesionado Ronaldo y fuera de la convocatoria Vieri por una lesión, la chispa del Chino parece la única manera de colorear esta noche en Mestalla a un Inter tan marchito como el que se vio el jueves pasado en San Siro.

El bello gol ante el Lecce -un zigzagueo muy largo- no se sabe si será el punto de lanzamiento de un jugador que Mazzola creyó que estaba predestinado a marcar una época. Recoba sigue siendo el ojito derecho del presidente, Massimo Moratti, pero también el centro de las críticas de la prensa italiana, poco comprensiva con las delicadezas técnicas del uruguayo. Sin ir más lejos, le llovían los palos en la media parte del partido frente al Lecce, antes de que se destapara con sendos goles. Después, el Chino explicó la causa de la metamorfosis: 'Me he cambiado las botas en el descanso'.

Recoba llegó con 21 años al Inter y el camino no le fue nada fácil. A los lógicos problemas de adaptación al calcio se unió la obsesión del club italiano por conseguirle un pasaporte comunitario para que no ocupara plaza de extranjero. Luis Suárez, miembro de la secretaría técnica del Inter, se desplazó en septiembre de 1997 a Tenerife para encontrar un bisabuelo español al delantero uruguayo. Lo halló en una parroquia de Fuerteventura, pero años más tarde la justicia italiana entendió que el documento era falso y castigó a Recoba con un año fuera de las canchas que, al final, quedó reducido a cuatro meses. El escándalo apenas afectó a Suárez, cuyo puesto en el cuerpo técnico del Inter es más que nada simbólico: a Massimo Moratti le gusta rodearse de los jugadores legendarios que llevaron a su padre, Angelo, a la conquista de dos Copas de Europa en los años sesenta: Suárez, Facchetti e incluso Mazzola, que, a pesar de estar en el Torino, sigue ejerciendo de consejero personal de Moratti.

Previamente, el Inter quiso que Recoba hiciera kilómetros y le envió cedido al modesto Venecia, en el que cuajó una excelente campaña que le abrió de nuevo, de para en par, las puertas de San Siro.

La amenaza de una sanción por las irregularidades del pasaporte, que finalmente se concretó, mermaron considerablemente su rendimiento. Recoba tiene contrato hasta 2006 y el Mundial como escaparate a su clase con la selección de Uruguay, clasificada al eliminar en la repesca a Australia con una gran actuación del Chino.

Nadie como Cúper para extraer rendimiento de los jugadores con problemas, para sacar su talento:Gerard, Vicente, Farinós... El Chino es una persona tranquila cuya gran pasión es la pesca. Por eso se compró una casa en el lago de Como. Ahora vive en un piso cerca de San Siro para estar más concentrado en su trabajo.

Raúl Recoba comenzará mañana su jornada laboral en los barrios más deprimidos de Montevideo. No necesita trabajar, pero lo hace para enseñar algunos valores a sus hijos. De fuerte conciencia izquierdista y con la vida totalmente asegurada, suele regalar la carrera del taxi a los clientes más pobres. Claro que, si se trata de uno italiano, le preguntará cómo ha estado un tal Recoba.

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