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Reportaje:

La Real Sociedad gana con un gol del portero Claudio Bravo

El portero chileno concede el triunfo al equipo de Lasarte ante el Nàstic con un potente disparo de falta

El fútbol tiene un nuevo portero goleador. Claudio Bravo, guardameta de la Real Sociedad, ha ingresado hoy en el selecto club de arqueros que han logrado perforar la meta rival. El chileno lo ha hecho con un potente lanzamiento de falta ante el Nàstic, que además ha valido a su equipo para sumar tres puntos vitales en la lucha por el ascenso a Primera División. La acción de Bravo rememora a las de José Luis Chilavert. El guardameta paraguayo, que dejó su impronta en el fútbol español en las filas del Zaragoza, pasará a la historia, además de por sus dotes como arquero, por su gran olfato goleador.

Chilavert, uno de los bastiones de Vélez Sarsfield y su selección en los noventa, materializó 62 goles en 737 partidos durante su extensa carrera. Son varios los porteros que han seguido su estela. Desde el meta del Sao Paulo, Rogerio Ceni (con 84 goles, el máximo goleador según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol), hasta los célebres René Higuita o Jorge Campos, que poseían un excelso dominio del balón con los pies. Más recientemente, casos como los de Palop, Paul Robinson, del Blackburn Rovers, o Butt, del Bayern, atestiguan que el gol no es exclusiva de los arietes.

Hoy lo ha rubricado Bravo ante el Nàstic. Cuando los jugadores ya casi encaraban el túnel de vestuarios para reponer fuerzas en el descanso, el portero chileno ha abandonado su área para ejecutar un libre directo tras una falta al joven Griezzman. Ante los rostros de asombro de la grada de Anoeta, Bravo, de 26 años, ha posado con mimo el balón sobre el césped, ha cogido distancia y ha golpeado con violencia el esférico, que, envenenado tras limar la pierna de un rival, se ha introducido en la portería del guardameta Rubén. Tras el encuentro, ha reconocido que "no tenía pensado ir, pero miré a mi entrenador y me animó para que fuera adelante".

Bravo (Viluco, 1983), internacional con Chile, debutó en 2002 en las filas de uno de los grandes de su país, el Colo-Colo. Poco a poco, sus reflejos, su manejo con los pies y su capacidad para desenvolverse bajo los palos atrajo la atención de diversos clubes europeos. Entre ellos, la Real Sociedad, que en junio de 2006 no dudó en desembolsar cerca de dos millones de euros para ficharle tras conquistar el Torneo Apertura con el equipo chileño.

Sus primeros días en San Sebastián no fueron fáciles. Pese a apuntar a la titularidad, un meta forjado en Zubieta, Asier Riesgo, le cerró las puertas de la portería txuri-urdin. Sin embargo, el rendimiento del canterano comenzó a descender y Bravo gozó de una oportunidad frente al Mallorca. El chileno no defraudó. Pese a cometer algunos errores, se adueñó de la portería de Anoeta rubricando grandes actuaciones en la Liga. Hace algunas semanas, Bravo se quejó de que se valoraba más a los jugadores de casa que a los foráneos, pero su discurso ha cambiado. "Me siento muy querido", apunta desde las entrañas de Anoeta.

Desde que debutase en el fútbol español, su calidad y sus excepcionales condiciones físicas le han consolidado entre los mejores y jornada a jornada, sus 1.84 metros de altura se les hacen inmensos a los atacantes rivales. No obstante, uno de sus puntos fuertes reside en su juego con los pies. Bravo, que prolongó su compromiso con la Real Sociedad hasta 2013, posee un exquisito golpeo de balón, el mismo que hoy le ha permitido fabricar la victoria donostiarra y que seduce a Txiki Begiristain o Jorge Valdano. Ya lo tienen en sus agendas.

Claudio Bravo, en el instante de lanzar la falta.
Claudio Bravo, en el instante de lanzar la falta.EFE

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