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Reportaje:COPA DEL REY | Ida de los cuartos de final

Rebelde en verano, comodín en invierno

Lass pasa de insumiso a titular del Madrid

Diego Torres

José Mourinho aprecia a los jugadores con carácter. Los prefiere incluso cuando le desafían o cuando le amenazan. Intuye que, si reúnen suficiente valor para enfrentarse a él, también serán valientes en la cancha. Se inclina por ellos aun cuando al hacerlo perjudique a otros que se muestran obsecuentes y lisonjeros con su autoridad. Es el caso de Granero, amigo del técnico y que nunca juega. Y es el caso de Lass Diarra, que el pasado verano advirtió al entrenador que si no le traspasaba le presionaría por todos los medios.

Hoy Lass habla con Mourinho lo estrictamente necesario. Pero juega siempre. Juega desde que entró en el equipo titular en la quinta jornada de la Liga. Juega tanto que su entrenador le considera imprescindible gracias a su despliegue, su instinto defensivo y su don para la versatilidad. Puede desempeñar distintas funciones en el centro del campo y jugar como lateral derecho. Esta noche, ninguno de sus compañeros duda de que Mourinho le asignará un papel importante. Lesionado Khedira y sancionado Arbeloa, hoy es más imprescindible que nunca. Vale como relevo para los dos.

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Lass se pasó el verano en rebeldía. Le dijo a Mourinho que no contara más con él y exigió al Madrid que cumpliera su parte del pacto verbal al que había llegado con Jorge Valdano, a la sazón director general, en la Navidad de 2010. Entonces, el francés actuó con esa dignidad ceremoniosa propia de ciertos futbolistas: se comprometió de palabra a ser un leal súbdito de la empresa hasta junio a cambio de que le facilitaran la salida abaratando su pase. Quería dejar el club. Decía que no soportaba a Mourinho, a quien conocía desde su época en el Chelsea. Insistía en que estaba harto de sus vanas promesas de darle protagonismo. Le oían rumiar cosas del tipo: "Que se quede con su amigo Khedira".

Resuelto a ir hasta el final, Lass mandó a su representante a buscar ofertas. Mientras el equipo se concentró en Estados Unidos para hacer la pretemporada, permaneció en Valdebebas con los excluidos por Mourinho, un heterogéneo grupo de réprobos que incluyó a Drenthe, Gago y Pedro León. De aquellas jornadas de canícula los futbolistas recuerdan largas carreras sin balón. Por orden del jefe no había balones en Valdebebas a disposición de los marginados. La medida les ponía en una situación siempre desagradable para un jugador: sin la herramienta de trabajo. Como mineros sin pico. Así estuvieron hasta que Lass, muy caudillo él, obligó a los empleados del club a conseguir balones.

Cuando el equipo regresó de Los Ángeles, el hombre estaba tan desencantado con todo que se marchó a París y ahí permaneció dos semanas protestando porque el Madrid no le traspasaba. Lejos de darse por enterado cuando Lass le insultaba por teléfono, Mourinho le mandó mensajes diciéndole que le necesitaría. Que jugaría muchos partidos. Que no se marchara a otro club. Cuando Mourinho se autodefine como un "pragmático", se refiere a este tipo de cosas.

Alcanzado un acuerdo diplomático, Lass regresó de Francia y permaneció en la sombra unas semanas. En la quinta jornada de la Liga entró en escena. La temporada pasada disputó 19 partidos como titular. Compitió durante 1.808 minutos y recuperó 163 balones. Este curso, a pesar de haber empezado cuatro partidos más tarde, ha sido titular en 12 ocasiones, jugando un total de 904 minutos en los que ha robado 135 balones. Antes recuperaba una pelota cada 11 minutos. Ahora recupera una cada seis.

Lass, en el fondo, sigue siendo un sedicioso que va por los pasillos de Valdebebas murmurando cosas de Mourinho: "Yo le conozco bien". Tiene 26 años, pero Benzema y Varane le siguen como a un profeta. Los demás le respetan. Mourinho, también.

Lass golpea el balón ante el Granada.
Lass golpea el balón ante el Granada.DENIS DOYLE (GETTY)

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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