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Rivaldo, el último 'fichaje' de Brasil

Como muchos de los campeones mundiales en 2002, el brasileño vive el final de su carrera en su país

Apenas le faltan tres meses para cumplir 39 años, pero parece que a Rivaldo, el último zurdo al que adoró el barcelonismo antes de descubrir a Leo Messi, le siguen quedando fuerzas para intentar competir a primer nivel. El ex de Barça y Deportivo ha llegado a un acuerdo con el Sao Paulo, histórico club brasileño, para lucir su camiseta esta temporada. Rivaldo, que pudo haber fichado por el Mallorca el pasado verano, se ha comprometido con los paulistas hasta diciembre -el campeonato brasileño arranca en mayo-, pero ha firmado una opción para prorrogar el contrato un año más. La presentación del futbolista con su nuevo club está pendiente de que se cierren algunos flecos administrativos, como el registro del traspaso en la Confederación Brasileña de Fútbol. Rivaldo jugaba hasta ahora en el Mogi Mirim, club que también presidía. El acuerdo alcanzado con el Sao Paulo incluye una serie de acciones promocionales para explotar la imagen del jugador.

Rivaldo no es el primer futbolista brasileño que vuelve a jugar a su país en el ocaso de su carrera. Un ritmo de competición más asequible para jugadores de edad avanzada y la famosa saudade han arrastrado de vuelta a Brasil a muchos de los grandes nombres que durante años brillaron en las Ligas europeas y llevaron a la canarinha a dominar el fútbol mundial. De hecho, ese ha sido el camino elegido por muchos de los jugadores que formaron la plantilla del último Brasil campeón del mundo, el que levantó la copa de Corea y Japón en 2002.

El caso más reciente es el de Ronaldinho, cuya trayectoria ha sido muy similar a la de Rivaldo. Asombró al mundo vistiendo la camiseta del Barça, confirmó su declive luciendo la del Milan y ahora ha vuelto a su país, al Flamengo, con la esperanza de demostrar que aún le queda fútbol en las botas. También Roberto Carlos, el explosivo lateral al que el madridismo adoró durante más de una década, se fue hace un año al Corinthians, tras haber jugado dos temporadas en el Fenerbahce, turco. Lo mismo hizo el que probablemente fue el mejor de aquella generación, Ronaldo, el inolvidable delantero cuya actuación en 2002 pesó más que sus maltrechas rodillas a la hora de que Florentino Pérez decidiera llevarle al Real Madrid. Volvió a Brasil tras un efímero paso por el Milan, y a pesar de que lleva años arrastrando un evidente sobrepeso, sigue marcando goles para el Corinthians.

Otro que volvió a su país fue el lateral Belletti, un secundario del pentacampeón mundial al que nunca olvidarán los aficionados del Barça. En 2006, fue el autor del gol que le dio al club azulgrana su segunda Liga de Campeones. Actualmente juega en el Fluminense. También Edmílson, su compañero en aquellos días en el Barcelona, dejó el Villarreal por el Palmeiras en 2009, pero solo un año después retornó a España para integrarse en las filas del Zaragoza. Son solo los principales nombres de una larga lista en la que figuran otros viejos conocidos de la afición española, como el ex bético Denílson, cuya estrambótica carrera le ha llevado a jugar en siete países, con dos retornos a la patria y una efímera retirada de por medio, o Juninho, el mago del Atlético cuya progresión cortó en seco una dura entrada de Míchel Salgado. Siguió jugando a un menor nivel y protagonizó hasta tres retornos a Brasil, el último en 2009.

Rivaldo levanta la Copa del Mundo ganada por Brasil en 2002.
Rivaldo levanta la Copa del Mundo ganada por Brasil en 2002.EFE

Una chilena inolvidable

Rivaldo dejó una huella imborrable a su paso por la Liga española, a la que llegó en 1996. Una temporada espectacular en las filas del Deportivo fue más que suficiente para que el Barça le eligiera como sustituto de su compatriota Ronaldo, que acababa de abandonar el club azulgrana para firmar por el Inter. Rivaldo estuvo cinco temporadas en Barcelona, ofreciendo un excelente rendimiento y dejando recuerdos inolvidables en el imaginario culé, como la chilena desde fuera del área con la que clasificó in extremis a su equipo para la Liga de Campeones en 2001. En 1999, ganó el Balón de Oro y el FIFA World Player. Sin embargo, su pobre rendimiento en la recta final de su etapa culé le llevó a fichar por el Milan en 2002, el mismo año en el que se proclamó campeón con Brasil en el Mundial disputado en Corea del Sur y Japón. Desde Italia, donde no fue capaz de triunfar, se produjo su primer retorno a Brasil. Se marchó al Cruzeiro en 2004, pero ese mismo año volvió a Europa, a la Liga griega, donde jugó cuatro temporadas, vistiendo las camisetas de Olympiakos y AEK. De Grecia se marchó al Bunyodkor, de Uzbekistán, y desde allí volvió el año pasado a Brasil, donde se ha desempeñado como jugador y presidente del modesto Mogi Mirim.

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