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Reportaje:

Ronaldinho, el icono en crisis

El Barça muestra su preocupación por la baja forma del hombre que lo revolucionó

"Vamos Leo: 'Marca un gol y mata el partido". Ronaldinho le dio ese mensaje el domingo a Messi cuando, en un simbólico traspaso de poderes, le sustituyó en el tedioso partido ante el Almería, que confirmó un día más cómo se apaga el juego del gaucho, despedido entre más palmas que pitos. El brasileño destilaba antes fantasía en sus desbordes, galopadas, asistencias y goles maravillosos. Pero perdió su explosividad, dejó de regatear, de golear, y el domingo ya no se vieron ni sus pases, y no hubo rastro de sus goles de falta. El Barça no oculta su preocupación por la forma del brasileño, el hombre que hizo carburar el círculo virtuoso de Laporta. "Ha sido el mejor activo del club en tres años", dice un directivo, "ha permitido cerrar el balance a cero".

Sus amigos dicen que se siente poco querido por los que le entronizaron
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El Barça está en una encrucijada porque el caso tiene difícil arreglo, pues cree que el brasileño, por razones físicas, ya no volverá a ser el de antes. Ronaldinho, que ha jugado este año más con Brasil que en la Liga, hace tiempo que calla, pero sus amigos, pese a admitir su bajón, aluden a un problema psíquico: "Está aburrido. Se siente poco querido por los que le entronizaron y le ha incomodado el fichaje de Henry". Y dicen que, si puede, se irá en diciembre o en junio si le estimula una oferta como a Henry, que dio con un club en busca de un golpe de efecto.

Arropado por Frank Rijkaard y adorado por sus compañeros, que aluden a su talento inhumano, el brasileño llegó al Barça en 2003 y le sacó de la ciénaga hasta ganar la Champions en 2006. No sólo eso: ayudó a sanear el club, que pasó de ingresar 123 millones de euros en 2003 a los 315 presupuestados este año. El caché por amistoso se ha multiplicado por cuatro y el pay per view se ha disparado en cinco años un 105%. El gaucho ha sido una mina y Ferran Soriano, vicepresidente económico, se extiende en parabienes: dice que es "poco probable" que el círculo virtuoso deje de funcionar sin él porque "pensamos que acabará su carrera aquí".

Con contrato hasta 2010 y una ficha de unos 10 millones, Soriano dice que es imposible mantener a un jugador así sin rendir porque su valor mediático se deteriora, pero, apunta, no es el caso de Ronaldinho, "que aporta significativamente al equipo". Y añade que tampoco será un problema el nuevo régimen fiscal de Ronaldinho, que a partir de 2009 le obligará a pagar por cumplir su sexto año en España casi 15 puntos porcentuales más de impuestos respecto al 24% que tributaba como extranjero. "Antes de llegar ahí, tendrá un nuevo contrato. La suma es irrelevante", dice Soriano.

Según la revista Forbes, Ronaldinho es el futbolista con más ingresos del planeta (23,5 millones al año) y el Barça sólo el noveno en la lista de clubes. Y aún pesa en el recuerdo cómo tuvo que regalar a Rivaldo al Milan por no traspasarlo a tiempo. Pero también el error de vender a Ronaldo al Inter. El debate no cesa, pero un cargo del club puso el dedo en la llaga en alusión a la triste imagen del gaucho: "Fuera, aún, pero en casa ¿cuánto tiempo aguantaremos así?".

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