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El Rosario acusa a los Mossos de "inacción" ante las agresiones racistas

El club argentino añade que la Federación Catalana de Fútbol fue "cómplice" de los ataques

El Rosario, club de fútbol de Barcelona integrado totalmente por inmigrantes, ha culpado hoy a los Mossos d'Esquadra de "inacción" y a la Federación Catalana (FCF) de "pasividad y complicidad" ante las agresiones de carácter "racista" que recibieron por parte de otro equipo de la ciudad el pasado sábado, en un encuentro que terminó con cinco personas heridas y otras cinco denunciadas por lesiones. La noche de los hechos se jugaba el partido del grupo 17 de la Tercera División Regional entre el Bada Bing y el Club Atlético Rosario Central de Catalunya (CARCC) en el campo municipal de Sant Martí, en el barrio de la Verneda.

En un comunicado, el club explicó que había pedido la presencia policial a la FCF porque el Bada Bing tenía antecedentes de partidos anulados por agresiones. Aunque la FCF asegura que pidió a los Mossos su presencia, fuentes policiales explicaron que el único aviso que tenían por este equipo era para el día 21, cuando está previsto que jueguen contra el Montsant de la Peira. El CARCC asegura que muchos jugadores del Bada Bing son miembros de la peña radical ilegalizada del FC Barcelona Boixos Nois y que habían pertenecido al club Lope de Vega, que fue expulsado de la FCF en 2006 por hechos similares.

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El partido fue suspendido por el árbitro tras la expulsión de un jugador del Bada Bing, ya que los jugadores y aficionados de este club empezaron a proferir insultos racistas, amenazas de muerte y golpes a los jugadores y aficionados del Rosario Central, que cuenta con miembros de siete nacionalidades distintas. Según fuentes policiales, una primera llamada al teléfono de emergencias 088 advertía de insultos y gritos, pero de ninguna pelea. Por ello, desde la sala de coordinación de Mossos y Guardia Urbana se decidió enviar a una patrulla de este último cuerpo.

Unos 20 minutos después se recibieron dos llamadas más denunciando ya las agresiones, por lo que se decidió mandar unidades de orden público (ARRO) de los Mossos d'Esquadra, que tardaron unos ocho minutos en llegar al campo. Cuando llegaron, tres patrullas de la Urbana ya habían identificado a todos los implicados y denunciado a cinco agresores. También se trasladó a cinco heridos a centros médicos.

Reuniones de urgencia

Ayer por la tarde, los heridos denunciaron las lesiones ante los Mossos d'Esquadra, que se han hecho cargo de la investigación y que recogerán las diligencias de la Urbana más el testimonio del árbitro y un delegado federativo. Esta mañana el presidente del CARCC, Ernesto Sukerman, se reunió con el presidente de la FCF, Ricard Campoy, para tratar sobre la cuestión, y esta tarde se reunirá de urgencia la Comisión Antiviolencia de Catalunya.

El Ayuntamiento de Barcelona se personará en la causa contra el Bada Bing, mientras que la Generalitat estudia hacer lo mismo. El alcalde, Jordi Hereu, dijo que "hay determinadas conductas que no se pueden aceptar en ningún sitio, y menos usar el deporte para canalizarlas". Hereu anunció que el Consistorio intentará que "el peso de la ley caiga" sobre los denunciados si se confirma que tenían motivaciones racista. Lamentó que "individuos ya conocidos, que se han expulsado en un determinado momento de unas competiciones, se han colado a través de otros equipos en la competición de la que fueron expulsados".

El secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós, afirmó que la Conselleria de Acción Social y Ciudadanía está estudiando "si es pertinente" emprender acciones jurídicas por la agresión racista. Amorós calificó de "intolerable" lo ocurrido, aunque remarcó que se trata de un "hecho puntual". Señaló que ya han iniciado conversaciones con asociaciones de inmigrantes cercanas al club afectado y que en las "próximas horas" se reunirán con el mismo. Añadió que la Generalitat actuará con "firmeza" y de manera "contundente" contra cualquier acto racista que se produzca. De momento, la Secretaría no se ha puesto en contacto con los presuntos agresores y Amorós afirmó que ante unas agresiones como las ocurridas "no hay trabajo didáctico, sino cumplimiento de la ley".

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