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Reportaje:

Rose, el talento más precoz

A sus 22 años y con 25 puntos de media por partido, el base de los Bulls se convierte en el 'MVP' más joven de la historia de la NBA

Ya es oficial. Derrick Rose, el torbellino que ha devuelto la luz al United Center de Chicago y ha catapultado a los Bulls hacia la lucha por el cetro de la NBA, ha sido designado como el jugador más valioso de la temporada regular. De esta forma, con tan solo 22 años, el base de Illinois toma el testigo de Wes Unseld, que logró el galardón en 1969 en las filas de Baltimore, y sucede en el palmarés a LeBron James, que el año pasado se adjudicó el MVP cuando todavía lucía la camiseta de los Cavaliers.

Como en su día hizo King James, el director de juego de Chicago arrasó en las votaciones con una puntuación final de 1.182 puntos, por los 643 de Dwight Howard, los 522 de LeBron, los 428 de Kobe Bryant o los 190 de Kevin Durant. "No solo es algo grandioso para mí", ha apuntado Rose, eufórico, "sino para toda la ciudad".

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No le falta razón al base, espectacular y efectivo a dosis iguales, ya que los Bulls solo habían contado con un MVP en toda su historia. No es otro que Michael Jordan, que logró el premio en cinco ocasiones, la última en 1998, y que emana elogios cada vez que hace referencia a la nueva estrella del baloncesto americano. "Derrick ha madurado muy rápidamente. Cuando llegó al equipo, todo el mundo destacó su rapidez y su facilidad para penetrar, pero se presumía que no era un buen tirador. Ahora puede tirar tanto de tres como en suspensión. Tiene muy pocos defectos", apunta MJ.

"Ni siquiera me estoy acercando a ese hombre, estoy muy lejos de él", ha afirmado Rose, visiblemente emocionado y al que se le ha quebrado la voz cuando ha mencionado a su madre Brenda y a sus hermanos Dwayne, Reggie y Allan, presentes en primera fila durante el acto de entrega del premio. "Ella es la razón por la que juego", ha manifestado el jugador, que por un día dejó en la taquilla el 1 y acudió al acto impecablemente trajeado. También mencionó a su técnico, Tom Thibodeau, que suscribe las palabras de Jordan. "Voluntad, ritmo, elaboración de las jugadas, anotación... Es un líder, tiene todo lo que puedes pedir", destaca.

Rose, que en su primera campaña en la NBA fue nombrado rookie del año tras su periplo universitario en Memphis, ha completado una magnífica temporada, resumida en 25 puntos, 7,7 asistencias y 4,1 rebotes de media por encuentro. "Es el más explosivo y posee una gran capacidad de anotación", describe José Manuel Calderón, "aunque todavía no logra manejar al equipo tan bien como lo hacen otros bases", matiza el español. No obstante, de la mano de Rose, los Bulls han conseguido 62 victorias, el mejor balance desde la gloriosa época de Jordan.

Ahora, el reto reside en derribar la muralla de los Hawks en las semifinales de la Conferencia Este. Atlanta tomó ventaja tras su victoria en el primer duelo, del que Rose se retiró cojeando tras doblarse el tobillo en un lance con Crawford. Descartada la lesión, el base, que rubricó 24 puntos en dicho partido, prefiere pasar página. "Sí, perdimos... pero somos positivos. Repasamos el vídeo y creo que jugamos bien", establece. Esta madrugada, Chicago tiene la opción de igualar la serie en el United Center, en donde ofrecerá el MVP a su público. "Es para ellos. Me apoyan, se compran mi camiseta y mis zapatillas...", remata Rose, un genio con muelles.

Rose, en segundo término, durante el acto de entrega del premio.
Rose, en segundo término, durante el acto de entrega del premio.M. SPENCER GREEN (AP)

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