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Crónica:LIGA DE CAMPEONES | Segunda jornada
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla va en serio

El cuadro de Jiménez aguanta en la primera parte y barre al Rangers en la segunda

El Sevilla va en serio. Se siente poderoso y está dispuesto a demostrarlo en cualquier escenario. En Ibrox Park, por ejemplo. Aguantó que se desfogara el Rangers en la primera hora y lo desplumó en la última media. Sin piedad. Y sin necesidad de un juego virtuoso. Le basta con dominar las dos áreas. Cerrar filas y, ya con espacios, dar rienda suelta al talento desbocado de su eterna pareja, Luis Fabiano y Kanouté, que se puso las botas. Ahora te paso yo, ahora rematas tú. Hasta que Jiménez les dio descanso a ambos pensando en el partido del domingo frente al Madrid. Seis victorias consecutivas y dosificando a sus mejores hombres. Jiménez está en la gloria.

Aunque hubo momentos de incertidumbre. "Despertad, vamos". El gesto de Jiménez hacia sus jugadores, con los brazos extendidos hacia delante y agitando las palmas de las manos arriba y abajo, era claro. "Estáis dormidos". Era el minuto 35 y el árbitro acababa de indultar a su equipo. Le perdonó lo que pareció un enganchón de Konko a Naismith dentro del área. Ibrox Stadium rugió contra el árbitro. Salvo el resbalón de Konko y su infracción impune, el Sevilla anduvo firme atrás, pero muy impreciso en la elaboración. Sin finura. En parte porque hubo una cierta redundancia en los mediocentros, Zokora y Lolo, los dos defensivos.

GLASGOW RANGERS 1 - SEVILLA 4

Rangers: McGregor; Whitaker, Bougherra, Weir, Papac; Davis, McCulloch (Boyd, m. 72), Thomson, Mendes, Rothen (Novo, m. 72); y Naismith. No utilizados: Alexander; Miller, Smith, Fleck y Little.

Sevilla: Palop; Konko, Squillaci, Escudé, Fernando Navarro; Navas, Lolo, Zokora, Adriano (Capel, m. 66); Kanouté (Negredo, m. 74) y Luis Fabiano (Romaric, m. 78). No utilizados: Varas; Dragutinovic, Renato, Sergio Sánchez.

Goles: 0-1. M. 50. Konko, de cabeza. 0-2. M. 64. Adriano, a pase de Luis Fabiano. 0-3. M. 72. Luis Fabiano, a centro de Kanouté. 0-4. M. 73. Kanouté. 1-4. M. 88. Novo.

Árbitro: Jonas Eriksson. Amonestó a Naismith, Capel y Navarro.

Ibrox Stadium: 45.000 espectadores.

Navas parecía un niño jugando entre mayores, una pluma flotando sobre Ibrox Park, una amenaza para los rudos defensores escoceses. A pesar de que se llevara una bronca tremenda de Luis Fabiano porque no le pasó un balón que esperaba en el interior del área. Navas prefirió disparar, le salió por encima del larguero, y encajó sin rechistar la reprimenda del goleador brasileño. Nadie, sin embargo, abroncó antes a Luis Fabiano cuando abortó un contragolpe por una frivolidad: una rabona convertida en un mal pase a Kanouté. Le salió la vena brasileña.

Walter Smith, técnico del Rangers, montó un batallón de centrocampistas (cinco) que llegó a dominar esa parcela, sobre todo cuando entraba en acción el portugués Pedro Mendes. Zokora hubo de desplegar su enorme poderío físico, una locomotora arriba y abajo. Precisamente de una de sus recuperaciones nació el primer gol del Sevilla. La falta a favor, en la zona central de tres cuartos, hacía presagiar un centro al área. O eso esperaba la defensa del Rangers, sorprendida por la estrategia de Jiménez. Lolo abrió a la derecha a Navas, éste centró templado y en el punto de penalti apareció una nube de atacantes sevillistas dispuesta a rematar. Lo hizo el lateral Konko, que remató picado de cabeza, enviando un rayo de satisfacción hacia el banquillo español.

Lejos de enfriarse por el gol, la hinchada del Rangers insufló más entusiasmo a su equipo, que echó los restos. Pero Palop, que volvía a Ibrox 10 años después, respondió con la sabiduría que le ha dado el tiempo y la experiencia. El Sevilla aprovechó los espacios que se abrieron en una jugada magnífica. Doble mérito de Kanouté, que abrió a la banda a Luis Fabiano y se marchó al remate arrastrando a los centrales. Al segundo palo quedó solo Adriano, que embocó con un disparo combado con la derecha. Ahora sí, enmudeció Ibrox y Jiménez le dio descanso a Adriano. Roto el Rangers, el resto fue un paseo triunfal de Luis Fabiano y de Kanouté. Una pareja insaciable con espacios por delante. Un tic-tac que va a estallar tarde o temprano en la portería rival. El final le regaló un guiño al español Novo, que marcó el tanto del honor del Rangers. En la noche en que el Sevilla mostró su poderío.

Luis Fabiano pelea por el balón con Thompson.
Luis Fabiano pelea por el balón con Thompson.AP

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