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Reportaje:

Soldado golea a la competencia

El 'nueve' del Valencia barre en 2011 a todos los delanteros internacionales españoles

No, no hubo ningún roce entre Roberto Soldado, el goleador del Valencia, y el seleccionador español, Vicente Del Bosque, al coincidir en la cantera del Real Madrid. De hecho, cuando el club blanco, a través de su ojeador Paco Gómez, se llevó al pequeño Soldado, jugador entonces de 14 años del colegio valenciano Don Bosco, el jefe de la cantera madridista que dio luz verde al fichaje fue precisamente Del Bosque. El preparador salmantino ha preferido elegir hasta ahora a otros delanteros a pesar de que, en 2011, Soldado golee a los otros cuatro atacantes internacionales españoles alistados regularmente por el seleccionador. Contando las competiciones domésticas y las continentales, Soldado suma 27 tantos; Negredo, 18; Llorente y Villa, 16; y Torres, nueve.

Este año suma 27 tantos; Negredo, 18; Llorente y Villa, 16; y Torres, nueve

"No voy". Soldado, de 26 años, está pendiente al instante de cada nueva llamada de España, por mucho que acepte con resignación cada una de las exclusiones de las últimas citas. Y por muy mal que sentara en Mestalla que Del Bosque lo comparara a otros atacantes con opciones de ir con la selección como Barral, del Sporting, o Adrián, del Atlético.

"Estoy cansado, papá", le dijo Roberto en la noche del miércoles a su padre, Toni, para explicarle que nunca es fácil firmar un triplete en Champions, aunque se tratara del débil campeón belga, el Genk, cuando el Valencia anotó la mayor goleada de un equipo español en el actual formato de la Liga de Campeones: 7-0. El conjunto de Unai Emery ha vivido unas semanas muy intensas en las que, pese a ganar en casa al Leverkusen y al Genk, deberá viajar a Londres a obtener al menos un empate con goles ante el Chelsea para acceder a los octavos de final. Los números de Soldado en Champions son espectaculares: en 11 partidos y apenas año y medio en Mestalla ha convertido 11 goles, compartiendo ya con Juan Sánchez el trono de máximo artillero valencianista de la competición.

"Le faltaba estar en un equipo grande y sentirse importante. Ser segundo capitán le ha venido muy bien", explica Toni Soldado, orgulloso de que su hijo sí sea "capitán y querido en su tierra": "¿Qué más puede pedir?". La ovación el miércoles de Mestalla retrató ese idilio que tuvo que superar, sin embargo, un inicio lleno de trampas. La comparación con Villa, por ejemplo, algo que Soldado siempre odió. "No quiero que me comparen con nadie", se quejaba. La maldición del 9, un dorsal unido al fracaso de muchos aspirantes en la reciente historia del Valencia, otra prueba superada. Y las dudas primerizas de Emery, que fue combinándolo con Aduriz en la primera vuelta de la pasada Liga.

Ese jugador agresivo, concentradísimo durante los 90 minutos, dispuesto a defender hasta el límite la camiseta que le paga (en Osasuna y Getafe también fue muy apreciada toda esa pasión), contrasta con una persona afable y familiar fuera del campo. Por las tardes, no quiere compromisos con nadie para poder atender a su esposa, Rocío, y sus dos hijos, Daniela, de tres años y Enzo, de dos. Aficionado a jugar al tenis, le hizo especial ilusión hablar a través del programa radiofónico El Larguero con David Ferrer, otro valencianista, que acababa de vencer a Djokovic en la Copa de Maestros. Su otra afición son los toros: mantiene dos abonos de la plaza madrileña de Las Ventas, además de otros dos para la feria de Fallas en Valencia. Mientras, sigue muy atento a las llamadas de la selección.

Soldado celebra uno de sus tres goles al Genk.
Soldado celebra uno de sus tres goles al Genk.JOSÉ JORDÁN (AFP)

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