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Reportaje:EXTRAÑOS EN LA GRADA | MIGUEL ZUGAZA

"Soy del Athletic por genética"

Juan Cruz

Miguel Zugaza es del Athletic por genética.

Eso dice él. Y todos los vascos, y ya todos los españoles, entienden que se refiere al Athletic de Bilbao. Decir -en Bilbao, sobre todo- que eres del Athletic de Bilbao equivale a insultar a los aficionados y a los vascos al mismo tiempo. Es el Athletic. Punto. No hay otro.

Así pues, el director del Prado es del Athletic y basta: "Ya se sabe que los que nacemos allí somos de donde nos da la gana, pero yo soy muy del Athletic".

Ya no es un fanático, dice -"la edad nos aleja de esas pasiones"-, pero va al fútbol cuando puede y disfruta sobre todo del arte hecho fútbol. Después de la conversación que tuvimos en su despacho del Museo, Zugaza me envió parte de una película sobre Zidane que realizaron Douglas Gordon y Phillippe Parreno: Zidane. Un retrato del siglo XXI. Es una fantástica reconstrucción del fútbol como obra de arte. Claro, la materia prima, aquel futbolista, es como la piedra que usaba Brancusi para sus esculturas bellísimas...

De chico, quería ser futbolista, como todos los de Bilbao. Y esa afición gira, en esa ciudad, en torno al Athletic: "Es la ilusión de los chavales, ir al Athletic. Eso es lo que hace que el equipo sea casi como una religión en el País Vasco, en Vizcaya fundamentalmente. Y es que, en efecto, tienes la posibilidad de llegar".

Fue a la escuela de los que aspiraban a ser futbolistas, "pero para reconocer que no tenía ninguna posibilidad". Llegó a jugar en infantiles en la Cultura de Durango: "Tuve la suerte de jugar ahí con muchos compañeros que luego jugaron en el Athletic. Esa era la prueba de que había una posibilidad". Entre esos futbolistas contemporáneos de Zugaza estaban Félix Sarriugarte, que fue durante un periodo de tiempo entrenador del Athletic. "Y que es de mi quinta", presume. Y allí estaba también Iñaki Azkuna, que se llama como el alcalde...

Es muy hermoso, cree Zugaza, que gente de la misma comunidad piense que puede llegar desde un equipo de barrio a lo que representa un club como el Athletic. ¿Es el principal valor? "Pues es de los principales valores del equipo. Yo he estado ligado al Athletic incluso por tradición familiar. Mi tío Ángel Zubieta, el hermano de mi abuela materna, fue un gran medio que jugó en el equipo muchos años. Era el mito familiar por excelencia, el que había llegado más lejos. Sigue teniendo el honor de ser el jugador más joven que entró en la selección española. Debutó con 17 años. Era un mito familiar que nos ligaba a todos al Athletic. ¡Éramos fanáticos!".

Pero ya no es fanático Zugaza: "No sé cuándo dejé de ser fanático del Athletic, pero ya no lo soy. Es un proyecto muy bello. Podías verte como más especial, más singular, siendo un seguidor de un equipo como el nuestro. Ahora el fútbol es más huero como deporte. Está demasiado mercantilizado. Ha perdido lo que tenía de verdadero deporte, de sport en sentido anglosajón, a todos los niveles".

El fútbol ha pasado de ser un juego entre amigos "a ser un fenómeno de masas excesivamente mediatizado por los intereses económicos". ¿Y eso se puede aplicar también al Athletic? "Sí. Y al fútbol en general. Lo que ocurre es que hay una limitación severa para que el Athletic apueste por entrar en el gran mercado, la limitación autoimpuesta de que tienen que ser jugadores de la comunidad cercana. Cada vez son más los navarros y riojanos que forman la escuadra del Athletic". ¿Y eso lo podrá mantener siempre el club de Bilbao? "No sé si esa seguirá siendo la cultura del Athletic, pero lo que sí espero es que los demás sean un poco más como el equipo en cuanto a esa filosofía".

El Barça ya lo hace, en cierto modo. Zugaza cree que, en efecto, la filosofía del equipo azulgrana "se basa en eso: trabajar con la cantera y crear como una comunidad en torno a la institución y al fútbol...". "Por tanto", añade con el orgullo del aficionado que fue fanático, "no estamos fuera de la historia. No es que el Athletic haya descarrilado o vaya a descarrilar, sino que va por ahí". No es una cuestión identitaria, o no tan solo: "No es que esa actitud identifique a los vizcaínos, a los bilbaínos. Lo que me agrada de esta filosofía es el sentido comunitario que le da al fútbol esta forma de trabajar... Las diferentes generaciones de aficionados al equipo que van a San Mamés -por algo se llama La Catedral, no sé si por algún sentido religioso- saben que animan a unos chicos que salieron de donde ellos son. Son sus paisanos los que defienden la camiseta. Eso es especial".

Elogio del arte, pero sin fanatismo

- El director del Prado ve ahora sin fanatismo el fútbol. "Lo veo con criterio, buscando la calidad allá donde se encuentra, conociendo incluso sus limitaciones. Pero, dentro de esas limitaciones, cuando surge un destello de calidad, cuando un nuevo jugador salta a la arena a demostrar su calidad, lo aprecias de forma muy emocionada". Y eso ocurre con todos los equipos. "Lo mismo te pasa cuando ves jugar bien al Barça que cuando ves jugar bien al Madrid. Cuando juega bien, el Madrid es un deleite. En el caso del Barça, hay momento en los que su fútbol adquiere la calidad del arte. Tiene una calidad estética que no forma parte del arte como lo concebimos entre las disciplinas artísticas, pero tiene algo de calidad suprema".

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