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RUGBY / FINAL DE LA COPA DEL MUNDO

Suráfrica alcanza la gloria

Los Springboks destronan a Inglaterra en la final del campeonato del mundo de Rugby

Suráfrica conquistó hoy por segunda vez en la historia el Mundial de rugby tras derrotar en la final a una Inglaterra que defendía el título y que se mostró impotente para superar el mejor ataque de la competición (6-15). Los Springboks se mostraron muy superiores en el duelo que se presentaba como el de la mejor defensa, la inglesa, contra el mejor ataque, el de una Sudáfrica que obtuvo premio a su constancia.

Una final sin ensayos, la segunda de la historia, se resolvió gracias a los golpes de penalización que consiguió Percy Montgomery, que consiguió cuatro, con las que afianzó su condición de máximo anotador del Mundial con 105 puntos. El sudafricano supo sacar mejor partido del juego de su equipo que la estrella inglesa, Jonny Wilkinson, que se tuvo que conformar con dos golpes de penalización y que no fue el hombre decisivo que llevó al quince de la rosa hasta la final y que había dado esperanzas a su público de poder llevar la copa a Londres como hiciera cuatro años antes frente a Australia.

Su juego fue menos eficaz e impotente ante la superioridad sudafricana, que estuvo todo el encuentro por arriba en el marcador y supo defender bien su renta. El que se quedó sin el premio añadido fue Habana, que no marcó un ensayo que le hubiera convertido en el hombre que más lograba en un Mundial. Se quedó con ocho empatado con el neozelandés Jonah Lomu. Sudáfrica ya había ganado a Inglaterra en este Mundial, en la primera fase y, con la final, suman ya cinco triunfos consecutivos contra los de la rosa.

El partido comenzó con el guión opuesto al esperado. La mejor defensa, la inglesa, atacó al mejor ataque, el sudafricano, que demostró que también sabe restar el juego de sus rivales. Poco a poco, los Springboks fueron haciéndose con el control del partido, que fue basculando al terreno británico, más acorde con lo que se aguardaba de la final. Montgomery y Wilkinson intercambiaron los primeros puntos, pero la superioridad sudafricana permitió al primero disponer de más opciones. El máximo anotador del Mundial logró tres golpes de castigo en el primer tiempo por uno del héroe inglés.

Tras una parte de juego muy física, Suráfrica pisó el acelerador en busca del primer ensayo y obligó a los ingleses a mostrar todo el talento defensivo que les había llevado hasta la final. Una estrategia que volvió a darles resultados, puesto que fueron capaces de frenar el envite de los Springboks que, pese a todo, se fueron al descanso con una ventaja de 3-9. Dominados a atacar, los defensivos ingleses se aplicaron una labor en la que no han destacado en este Mundial. Pero la ocasión lo merecía y una jugada de Tait permitió a Cueto plantar el balón en el área sudafricana, un ensayo que fue rechazado por el árbitro, con ayuda del vídeo, porque el inglés tocó con su pie la línea de banda en el momento en el que plantaba el balón. Ahí pudo estar la clave del partido, porque los ingleses no lograron marcar otro ensayo. Y eso que lo intentaron durante prácticamente todo el segundo tiempo.

Wilkinson redujo la diferencia (6-9) pero fue Montgomery el que continuó aumentando la renta de los Springboks (6-12). Inglaterra estaba todavía a tiro de un ensayo que buscó con ahínco pero sin éxito. Steyn, el sudafricano encargado de lanzar las penalizaciones más lejanas, logró tres puntos más que ponían la victoria al abrigo de un ensayo británico. Los de la rosa acudieron a su arma más eficaz, el pie de Wilkinson, que intentó una patada como último recurso. Pero no era su noche, que quedó ensombrecida por la efectividad de Montgomery en una metáfora del golpe de Estado sudafricano a la jerarquía del rugby.

Jonny Wilkinson intenta zafarse de Van Der Linde
Jonny Wilkinson intenta zafarse de Van Der LindeREUTERS

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