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Suspendidos siete árbitros y dos jueces de línea italianos

La Fiscalía de Nápoles ha abierto una investigación en que se les vincula con Luciano Moggi

El fraude futbolístico sigue siendo notícia en Italia. El presidente de la Asociación Italiana de Árbitros de Fútbol, Cesare Gussoni, ha suspendido de forma cautelar a siete árbitros y dos jueces de línea por la investigación de la Fiscalía de Nápoles que vincula a todos ellos con Luciano Moggi, ex director general del Juventus Turín y principal encausado en el proceso por fraude deportivo vivido en el fútbol italiano.

Los árbitros suspendidos (Paolo Bertini, Stefano Cassara, Antonio Dattilo, Marco Gabriele, Gianluca Paparesta, Tiziano Pieri y Salvatore Racalbuto) y los dos jueces asistentes (Marcello Ambrosino y Duccio Baglioni) han comparecido en las investigaciones preliminares que ha realizado la fiscalía napolitana y que ha evidenciado una presunta vinculación de todos ellos con Luciano Moggi. Éste, según las investigaciones, tenía cinco líneas de teléfono móvil, consideradas "seguras" al ser de compañías extranjeras, para comunicarse con los árbitros y designadores.

Dos de estas "líneas seguras", usadas en distintos periodos, le servían a Moggi para comunicarse con los entonces designadores arbitrales Paolo Bergamo y Pierluigi Pairetto. Las otras tres eran para hacerlo con los árbitros inmersos en el "sistema" y con Marino Fabiani, entonces ex director deportivo del Messina.

La Fiscalía de Nápoles ha recogido estos datos y ha abierto un nuevo caso "calcipoli", el conocido fraude deportivo en el fútbol italiano. Gracias a esta nueva investigación hay cuarenta y ocho nuevas notificaciones oficiales de "estar siendo investigado" y podría traer, junto a nuevas sanciones deportivas, otras penales. Según medios informativos italianos, se desprende de las investigaciones que las cinco líneas telefónicas de servidores extranjeros (Suiza y Liechtenstein), eran usadas en "gran número" en los días previos a los sorteos de elección de las ternas arbitrales, así como después de los partidos.

Además de conversaciones telefónicas de Moggi con los otros implicados, también se han descubierto de éstos entre sí. La compra de las "cartas telefónicas" eran, según los investigadores, proporcionadas por un comerciante de la localidad de Chiasso, quien habría admitido habérselas vendido a Moggi y a sus colaboradores. En total, serían 31 las "cartas telefónicas" no italianas constatadas por los investigadores, siendo 21 de ellas las atribuidas a personas implicadas en el caso. Así, se apunta, que cinco de ellas las tenía Moggi, dos por cabeza Pairetto, Bergamo, Fabiani y Racalbuto, y una Paparesta, Massimo De Santis, Gabriele, Dattilo, Bertini, Pieri, Cassara y Ambrosini

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