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Entrevista:EXTRAÑOS EN LA GRADA | CONCHA VELASCO | FUERA DE JUEGO

"Tenemos a Ronaldo, pero no es Messi"

Juan Cruz

Concha Velasco estaba ayer extasiada, como madridista. Su nieto Samuel, que acaba de cumplir tres años, iba por primera vez al fútbol, a la matinée del Real Madrid. El chico ya usa la camiseta blanca y ahí lo tiene la actriz, entre las fotos que decoran su camerino, presidiendo ahora su descanso tras el triunfo cotidiano que alcanza con un musical en el que resume su vida: Concha. Yo lo que quiero es bailar. Le dirige José María Pou, el actor, que es su director fetiche, y actúa en Barcelona, que es su otra ciudad. "Me adoran y yo adoro Barcelona", dice.

¿Y cómo se compagina esa pasión por las dos ciudades con el hecho cierto de que ella es tan madridista como Bernabéu? "Muy sencillo. Me encanta el Barça, cómo juegan sus futbolistas. ¡Ah, ese Iniesta! Tengo su foto en el camerino, de cuando marcó el gol en Sudáfrica. ¡El gol del Campeonato del Mundo! Ahí está mi Iniesta entre los ídolos de mi camerino". Ah, y le gusta muchísimo Messi. "Mira, tenemos que ser del Madrid, que es lo más grande del mundo. Pero no podemos tener orejeras. Nosotros tenemos a Ronaldo, pero, ¡qué le vamos a hacer!, Ronaldo no es Messi".

"Ser del Madrid es lo más grande, pero no podemos tener orejeras"
Tiene tres abonos de distintas épocas. Antes le invitaba Ramón Mendoza

Cristiano Ronaldo mete goles, los da "y dice cosas como que es rico y guapo y que no es Dios porque a él le gusta decir esas cosas como para que pesen, pero Messi va muy calladito, se empeña y ¡gol!".

Es de Valladolid, como Miguel Delibes, su gran amigo, y es del Madrid desde 1960. "Desde que hice en el estadio de Chamartín El día de los enamorados. Mi pareja en esa película, Antonio Casal, iba siempre al fútbol. Y ahí, en el campo, se producían mis sueños. Entonces nos recibió don Santiago Bernabéu, que era encantador. Era muy cariñoso con todos nosotros, pero todo el mundo sabía que a él no le gustaba que sus futbolistas se relacionaran con las artistas. Gento tuvo que casarse muy tarde con su novia, que era artista. Don Santiago no le habría dejado", cuenta.

Ella fue a la boda de Pirri con Sonia Bruno, que dejó de actuar en cuanto se casó con el futbolista. "Don Santiago no habría permitido que Pirri siguiera jugando en el equipo". Sonia era Antonia Oyamburu, la hija del conserje de Radio Nacional de España en Barcelona. "Don Antonio nos quería mucho a los artistas que actuábamos en Barcelona y por él conocí a Antoñita. Y, ya ves, don Santiago le truncó la carrera".

Don Santiago recibía a los actores: Tony Leblanc, José Luis Ozores... "Nos colmaba de atenciones, pero no soportaba que sus jugadores salieran con artistas", insiste. Encantador, pero machista. Otros tiempos. "¿Otros tiempos, dices? ¡Qué otros tiempos! Esos tiempos siguen existiendo...".

Ahora, como cada año, estará seis meses en Barcelona, representando este musical que Pou concibió como un homenaje a toda su carrera. Desde los años sesenta es habitante de Barcelona. ¿Y cómo se lleva con el Barça? "Bien. Yo estoy muy agradecida a esta ciudad. Así que, cuando marca el Barça, yo grito '¡visca el Barça!' y, cuando hay un atasco en la calle y quiero abrirme paso, la gente se hace a un lado, '¡que es Concha!', gritan. Yo soy también de ahí".

Y es de Valladolid sobre todo. De allí llegaron ella y su hermano Manolo a probar en el cine. Manolo se hizo del Atlético. "Además, es muy amigo de Enrique Cerezo, el presidente".

Cerezo y Manolo Velasco estudiaron cine y fueron meritorios juntos. "En ese tiempo, Enrique compraba, con lo que ganaba, películas viejas que nadie quería...", recuerda; "y yo me hice del Madrid un poco para contradecir a mi hermano y sobre todo porque rodé allí, en el Bernabéu, esas escenas y ahí hice también, ahora que me acuerdo, El tigre de Chamberí".

La afición le cuesta cara. Tiene tres abonos, de distintas épocas de su vida. Antes le invitaba Ramón Mendoza y ahora no la invita nadie ni ella quiere. Ha estado a punto de deshacerse de uno de los abonos. "Pero, mamá", le dijo su hijo Manuel, "¿no le vas a hacer ese regalo a tu nieto?". Y han hecho a Samuel -"me gustan los nombres que terminan en ele"- abonado del Madrid. Ayer, el niño se estrenó en esa fila donde ella se encuentra con Miguel Ríos, con Víctor Manuel, con Chencho Arias, con los peluqueros Luis y Tachi... "Es una fila estupenda".

Desde allí ve a un amigo al que adora, Iker, "san Iker". "A él lo tenemos en un trono en casa". Y ya no conoce a nadie de los que juegan. Desde lejos, sigue a Cristiano Ronaldo: "Juega divinamente, pero no es Messi, ¿qué quieres que te diga?".

¿Y Mou? "Uy, si te digo la verdad, a mí ese señor no es que me agrade mucho... Pero allá arriba, en el graderío, me olvido de esas cosas. Que gane el Madrid, eso es lo que quiero".

TOMÁS ONDARRA

Las rosas de san Andreu

- Tiene a Iker Casillas, "san Iker", en un trono y adora al Madrid, pero tiene en un altar muy particular a Andreu Buenafuente. "No sabes cómo le echo de menos". Ya contó en varias entrevistas que una noche decidió suicidarse, envuelta en problemas que parecían un túnel imposible. "Pero antes quise reírme viendo a Andreu".

Y se rió a carcajadas. Tanto, que los barbitúricos salieron disparados cuando aún no los había digerido del todo. Y se salvó.

Le salvó san Andreu Buenafuente. "Ahora me ha mandado unas flores dentro de una chistera. Él sabe que esto, actuar, es mi vida. Concha en casa y Concha en el escenario. No hay más Conchas... Andreu es el humor a través de la inteligencia. Y es uno de mis dos amores platónicos. Berlanga y él. Los amores platónicos, al contrario que los otros, siempre me dan buenos resultados".

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