_
_
_
_
_
CLIC CLAC | TOUR 2011 | 13ª etapa
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Thor, el arcoíris y las anécdotas

Thor Hushovd, brillante ganador de la etapa de Lourdes tras el paso por el siempre temido Col del Aubisque. Con ese nombre y con ese físico imponente, siempre ha sido inevitable que se le compare con el Dios del Trueno. Incluso él mismo se autoparodió disfrazado de tal en la presentación de equipos de este Tour en Le Puy du Fou; mejor lugar no podía haber elegido, por mucho que pareciese un poco cutre e improvisada la representación.

Thor ha dicho nada más terminar que seguramente esta sea la victoria más bonita de todas las que ha tenido en el Tour. Y eso es mucho decir porque ya lleva unas cuantas, concretamente nueve sumando esta. Pero hay varias cosas que hacen que esta victoria sea especial.

Más información
Bajo la dictadura de los vatios

Por una parte, por el simbolismo de ganar en el Tour vistiendo el maillot de Campeón del Mundo. Que el que lleva un maillot que le acredita como "el mejor del mundo" sea capaz de ganar en "la mejor y más importante carrera", no deja de ser una anécdota; pero esa foto del maillot arcoíris entrando en solitario alzando los brazos en señal de victoria, será seguramente una de las más recordadas de este Tour según el olvido vaya dictando su ley.

Además, siempre se habla de la maldición de este maillot, pero que este maillot haya conseguido imponerse en un lugar con tantas connotaciones religiosas, constituye otra anécdota más.

Por otra parte, y relacionado con esto, que la llegada haya sido en Lourdes, lugar íntimamente relacionado con el Tour, pero que hasta ahora solo había sido final de etapa en una ocasión, también tiene su carga de simbolismo. Lourdes es mundialmente conocido por ser un lugar de peregrinación por motivos religiosos. Ayer llegó aquí el primero Thor, un noruego fuerte y rocoso con nombre de dios pagano. Podría haber ganado cualquier otro, de hecho no anduvo muy lejos otro corredor llamado Jeremy -Jeremías, nombre de profeta-, pero el que lo hizo fue Thor. Otra anécdota más, otra que ahí queda.

Thor es un corredor fuerte y pesado, no hay que ser un lince para verlo. No obstante, es un corredor que es capaz de subir muy bien si se lo propone. Evidentemente las leyes de la física tienen un límite y con 80 kilos nunca podrás subir igual que uno de 60 que tenga tu misma potencia máxima. Pero sí relativa al peso, y ese es un dato en el que estoy seguro que Thor destaca. Desconozco las cifras concretas, pero viendo los resultados del noruego sé que no me equivoco.

De lo que sí que estoy seguro de no equivocarme es en afirmar que Thor es uno de los que mejor bajan del pelotón mundial, si no el que mejor. He tenido la oportunidad muchas veces de disfrutarlo -y también de sufrirlo- en mi propia piel, y por lo que vi ayer, el noruego no ha perdido facultades. Cuando le vi coronar el Aubisque a casi tres minutos de Roy no tuve ninguna duda de que para el noruego era factible dar alcance al francés; como al final pasó, a pesar de la negativa a la colaboración por parte de Moncoutié.

Enhorabuena Thor, ya te lo ibas mereciendo después de tantos tiros al poste.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_