Tiger Woods no aclara su futuro y el golf sigue sin su número uno
Woods deja la puerta abierta a su vuelta este año, sin precisar fecha.- Pide disculpas por su actos y la decepción que ha supuesto para amigos, compañeros y socios
El mundo del golf seguirá sin su número uno y principal atención económica , deportiva y mediática. Tiger Woods ha comparecido ante la prensa en Ponte Vedra Beach Club, sede de la PGA estadounidense, para aclarar su futuro casi tres meses despues de que un accidente de carretera el pasado 27 de noviembre destapase una serie de escándalos sexuales que han dañado, quizás para siempre, su imagen pública. El número uno del mundo ha pedido perdón por su comportamiento "inaceptable y egoísta" y ha dejado una puerta abierta a su esperado regreso, incluso este año. "Quiero volver al golf algún día, pero no sé cuándo. No descarto que sea este año pero antes tengo que poner en orden las cosas", ha asegurado sin precisar fechas y echando por tierra las especulaciones sobre su posible presencia en el Masters de Augusta en abril.
"Quiero volver al golf, pero no sé cuándo. Es probable que sea este año pero antes tengo que poner en orden las cosas"
El número uno del mundo, con una distancia abismal sobre el segundo, Steve Stricker, y el tercero, Phil Mickelson, ha recibido el apoyo de sus patrocinadores, Nike y EA Sports, que aseguran que esperan verlo pronto en los campos. La distancia con sus rivales es tal, que es probable que Tiger llege a las 600 semanas como número uno aunque retrase durante meses su llegada.
El apoyo de Nike, que ha cerrado filas con el jugador, se entiende aún mejor si se tiene en cuenta que el negocio golfistico de la marca de Oregón prácticamente no existía antes de la llegada de Tiger.
En total han sido casi tres meses de ausencia, retirada "por tiempo indefinido" incluida, que han dado lugar a todo tipo de especulaciones y que han puesto en dificultades el fabuloso negocio montado alrededor del golf, un deporte que sólo en EE UU cuenta con cerca de 40 millones de federados y que tiene alcance mundial. También lo ha notado el jugador, que ha perdido gran parte de los patrocinadores que le permitían ser el deportista mejor pagado del mundo y de la historia (fue el primero que llegó a los 1.000 millones en la lista Forbes).
La ausencia de Tiger ya se notó, aunque menos, durante los ocho meses entre 2008 y 2009 en los que estuvo lesionado de la rodilla. Las audiencias sin el estadounidense caen en torno al 30% en la generalista CBS y algo menos en The Golf Channel. Hace unas semanas, un estudio de la Universidad de California citadopor la agencia Reuters elevaba las pérdidas totales por la ausencia deWoods a 12.000 millones. Parece demasiado. Sus compañeros en el circuito, que saben lo que se juegan, le han apoyado en todo momento.
Las ganancias, que se han multiplicado desde que Tiger se hizo profesional en 1996, siguen garantizadas porque los contratos están firmados hasta finales de 2010. Más allá, una ausencia de Tiger sería muy perjudicial para un deporte que cuenta con grandes jugadores pero pocas figuras.
El año perfecto para su vuelta
Las especulaciones frustradas que apuntaban a su regreso en el Ausgusta National habían sido formuladas por expertos, periodistas y golfistas del nivel de Jack Nicklaus, ganador de 18 grandes, récord absoluto perseguido desde hace años por Tiger (tiene 14).
De hecho, este año tres de los cuatro grandes se juegan en campos que Tiger adora: Augusta National, donde ha ganado ya en cuatro ocasiones y que es especialmente atractivo porque los periodistas tienen acceso limitado a los jugadores y el público es extraordinariamente respetuoso; Saint Andrews, donde se disputa el Open Championship y donde Tiger protagonizó una maravillosa y autoritaria victoria en 2000 y Pebble Beach, donde Woods reinventó el golf en ese mismo año con una estratosférica victoria por 15 golpes sobre el segundo lo que prácticamente dio paso a una nueva era en el mundo del golf.
