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Un Tottenham sin voltaje

El rival del Madrid en los cuartos de la 'Champions' empata a cero ante el Wigan, colista de la Premier, sin Bale - Crouch y Lennon disputan solo el último tramo del duelo

Era un Tottenham de bajo voltaje el que empató a cero esta tarde en el campo del Wigan, colista de la Premier inglesa. Sin Lennon en la banda derecha y Bale en la izquierda -los dos estarán, sin embargo, el martes en el Bernabéu en la ida de los cuartos de la Champions-, los spurs pierden velocidad y habilidad en su juego, que intenta abrirse en el momento de buscar el gol, y se hace previsible. Si en el 0-0 frente al West Ham, último partido antes de la pausa internacional, no le faltó fútbol, sino tino en la puntería, hoy sí que el once de Redknapp se quedó tieso en el momento de tejer ocasiones de gol. Un once muy diferente, eso sí, al que se medirá al Real Madrid. Además de los dos extremos, tampoco estaba en la alineación inicial Crouch. El papel del larguirucho delantero lo cubrió el ruso Pavlyuchenko, que no tiene la misma habilidad en bajar la pelota, defenderla y entregarla a los centrocampistas. Estos, por su parte, se agolparon en el medio del campo pisándose los pies.

WIGAN 0-0 TOTTENHAM

Wigan: Al Habsi; Alcaraz, Caldwell, Boyce, Figueroa; McCarthy, Watson, N'Zogbia (m. 85, Di Santo), Moses (m. 66, Conor Sammon); Cleverley y Rodallega (m. 85, Diame).

Tottenham: Gomes; Corluka, Bassong, Dawson, Assou-Ekotto; Jenas, Van der Vaart (m. 68 Lennon), Modric (m. 85, Kranjar), Sandro; Pavlyuchenko y Defoe (m. 56, Crouch).

Árbitro: Marriner. Amonestó a Caldwell y Sandro.

Unos 18.000 espectadores en el DW Stadium de Wigan.

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La agujereada defensa del Tottenham

El Tottenham, quinto en la Premier con 51 puntos, no podía permitirse pasos en falso para no alejarse del Manchester City (53), cuarto, que se medirá en casa mañana al Sunderland, y para no dejar acercarse al Liverpool (46), que perdió 2-1 frente al West Bromwich. Los tres equipos se jugarán el último puesto útil para la Liga de Campeones del próximo año, dando por descontado que las primeras tres plazas están reservadas para el Manchester United, el Arsenal y el Chelsea. Sin embargo Redknapp sabe lo que vale un partido como el del martes, un escenario del que el club inglés casi no tiene memoria; la última vez que el Tottenham llegó tan lejos en la máxima competición europea fue en 1962, en la semifinal que perdió con el Benfica. Hace medio siglo. Así que el partido de hoy se deslizó aburrido, algo insólito cuando juega el Tottenham.

Durante la primera parte la única verdadera ocasión para los londinenses llegó con un tiro desde fuera del área de Jenas en el minuto 22, que el portero del Wigan detuvo con los puños. La solución desde la frontal es uno de los recursos de los spurs, aunque el que suele ejecutarla es Van der Vaart. El exmadridista sí lo intentó en el minuto 38, pero su disparó le salió demasiado dócil. Antes, un centro de Sandro, que intentó hacer de Lennon, fue solo rozado por Dafoe, que no consiguió rematar. En el otro lado solo Moses asustó en el 26º minuto a Gomes, con un balón bombeado que salió de poco por encima del travesaño.

En el segundo tiempo el partido siguió encauzado de la misma manera. De poco sirvieron los cambios. Crouch entró a media hora del final, no por Pavlyuchenko, como era lógico, sino por Defoe, otra decisión tomada por Redknapp de cara al partido del Bernabéu. Solo en el minuto 68 Lennon entró en la contienda, regalando un poco de chispa al conjunto de Londres, no la suficiente para hacerse con el partido. Inesperadamente, fue el Wigan el que más cerca estuvo de la victoria con unas llegadas de Moses y Rodallega. Justamente la delantera del colista inglés, que con 29 tantos es la más pobre de la Premier, demostró que la defensa representa el punto débil de los de Redknapp. Siempre algo temblorosa en el momento de contener los arreones del Wigan, la zaga se refleja en la figura de su portero Gomes. Muy bueno bajo los palos, incierto en las salidas. Hoy salvó el resultado a dos minutos del final en un mano a mano ante Conor Sammon pero no transmitió, a lo largo de los 90 minutos, aquella seguridad de la que necesita el Tottenham para presentarse en Chamartín sin temor.

El delantero del Tottenham Crouch se disputa la pelota con el defensa del Wigan Boyce.
El delantero del Tottenham Crouch se disputa la pelota con el defensa del Wigan Boyce.NIGEL RODDIS (Reuters)

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