De Valdebebas a Queen's Park

"¿Qué le dijeron en el club?". "Pues... nada, encantados de que me fuera".

Daniel Parejo vivía hasta hace tres meses en Coslada. Por la mañana se entrenaba en Valdebebas con el Castilla y por la tarde hacía vida de barrio con sus colegas en el bar de debajo de casa. Hoy vive en Brentford, unos 15 kilómetros al Oeste de Londres, con sus padres, que han dejado el trabajo y se han mudado junto a él y su hermana. Cedido por el Madrid, ha cambiado las instalaciones de Valdebebas por las del Queen's Park Rangers, equipo de la First Division (equivalente a la Segunda española) y su padre le lleva en coche a los entrenamientos todos los días. "Trabajaba de transportista. Aquí no curra. Se ha apuntado a una academia de inglés con mi madre. Así no pierden el año", cuenta Dani por teléfono.

El chico que aprendió a jugar al fútbol en el barrio, el que de mayor quiere ser como Guti y que volvía loco a Alfredo Di Stefano se ha dejado seducir por Flavio Briatore y Alejandro Agag, que compraron el club inglés, junto a Bernie Ecclestone, en 2007. Di Stefano, que no se perdía un partido del joven centrocampista, llegó a amenazar al Madrid: "Si le dejáis marchar, no volveré a pisar el estadio del Castilla". Nadie le ha vuelto a ver en él. "Algo he leído en la prensa... Lo comprobé hace poco, cuando pasé por Madrid. Le busqué el día del Castilla-Atlético y no le vi", cuenta Parejo.

Nadie se explica cómo el Madrid aceptó esta cesión, por qué el jugador no aceptó ofertas de clubes como el Getafe y el Valladolid y por qué recaló en un segunda siendo uno de los mayores talentos de la cantera blanca en los últimos años. Todos, desde su descubridor, Sito, hasta sus técnicos, como Mandia, destacan su "extraordinaria calidad técnica, su manejo divino del balón y su gran visión del juego". Parejo, cuando se le pregunta por qué Inglaterra, contesta como si le preguntaran por qué Irak o Afganistán: "Quería salir de Coslada, conocer otro mundo, aprender... Tampoco está tan mal. Tengo 19 años y no me corre prisa. Todavía estoy en proceso de formación y este tipo de fútbol es la mejor opción para mí: es más físico, te obliga a pensar todas las jugadas de forma mucho más rápida".

Mandia, precisamente, fue quien le aconsejó mejorar el cambio de ritmo: "Cuando lo consiga, será un jugador hecho". "Hace unas semanas fui con la selección española sub 21 y noté el cambio. Me doy cuenta de que voy con otra marcha. Mi pensamiento va más rápido", confiesa Parejo.

El Queen's Park marcha décimo, ha cambiado de entrenador -ahora es Paulo Sousa- y Parejo no ha tenido la continuidad que esperaba. "Sí que juego, pero aquí se rota mucho", explica. De 20 partidos sólo ha disputado nueve de titular. Desayuna y come todos los días en el club con sus compañeros y los de las categorías inferiores. "Aquí no hay tartas como en el vestuario del Tottenham", bromea; "el cocinero es gallego".

En julio hizo la pretemporada con el Madrid. Es más, en el torneo organizado por el Arsenal en la capital británica, en agosto, jugó y marcó: "Mientras los demás hicieron las maletas, yo me quedé en Londres. Al día siguiente fue mi presentación en el Queen's Park". Briatore había enviado un ojeador a Valdebebas hace tiempo y el pasado junio comió en un restaurante madrileño con Agag y él. "No es que quisiera irme, pero lo que me contaron me pareció un proyecto bonito", recuerda Parejo ahora. "¿Qué proyecto?". "El equipo tiene un único objetivo: subir de categoría. Y yo quería enfrentarme a una competición más difícil. El curso que viene quiero volver y demostrar a Di Stefano en qué jugador me he convertido".