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Entrevista:EXTRAÑOS EN LA GRADA | AMARAL | FUERA DE JUEGO

"Villacampa me dedicó una foto"

Elsa Fernández-Santos

Hay escritores ya en la cuarentena que todavía llevan la fotografía de Juanito en la cartera incapaces de despojarse de la estampita de quien una vez les hizo soñar. Eva Amaral (Zaragoza, 1972) también es de las que tenía su cromo, aunque la música le acabó robando todo su tiempo. La mitad femenina del dúo Amaral, que estos días publica su último disco, Hacia lo salvaje, no es de las que sigue a un equipo concreto o los resultados de ningún deporte estelar, pero todavía recuerda cómo una vez rompió su timidez para conseguir la fotografía de un apuesto deportista. "Debía tener once o doce años y, aunque mi mitomanía ya estaba más encaminada hacia la música, me gustaba mucho Jordi Villacampa. Era muy guapo. Hasta llegué a escribir a su club pidiendo una fotografía suya firmada. Una semana después me llegó una carta en la que me daba las gracias y la fotografía dedicada. Buff, aquello fue genial". La camiseta número ocho del Joventut de Badalona, club en el que el alero debutó en 1980 con 16 años y del que se retiró con 34, compartió escenario con los Beatles, Queen o Simon & Garfunkel. "Bueno, en esa época escuchaba los discos de mi hermana y mis primos mayores".

Sus padres eran seguidores del Real Zaragoza pero ella explica que en Aragón el viento del Cierzo (desapacible como la Tramonta o el Mistral), y ser un enclave geográfico entre Madrid y Barcelona, les hace muy suyos. Quizá eso explique por qué Amaral rechaza las cada vez más enquistadas polarizaciones futbolísticas, ser de un solo bando. "Me gustan los partidos de David contra Goliat, esos en los que emocionalmente te implicas. Pero nunca me he sentido cerca de un solo equipo, no lo he conseguido. ¿Para qué? No va conmigo ese tipo de radicalismo, ni en el deporte ni en nada. Una vez tengo simpatía por el Barça y otro día por otro, depende de muchos factores. Quizá es eso, que siento simpatía por unos o por otros pero nunca he sentido fobia o cabreo por nada que tenga que ver con un partido".

Correr e ir en bici son dos aficiones en las que la artista, que vive en Madrid, intenta disciplinarse. "Una profesora me hizo odiar la gimnasia en el colegio pero luego he ido cogiendo afición al ejercicio. Me ayuda mucho para seguir el ritmo de tanta gira y viaje. A estar menos cansada. Juan [Aguirre, la otra mitad del grupo] y yo solemos salir a correr mucho, lo que pasa es que seguirle a él es difícil porque fue atleta, yo creo que hasta compitió en el equipo del colegio. Cuando sale a correr es una bestia. A veces en el escenario la gente piensa que va drogado o algo y yo siempre pienso que no se enteran, que lo que tiene es esa cara de cuando corre".

En Nueva York, Hannover o Salamanca, Juan Aguirre tiene ya sus propias rutas marcadas para correr. El músico apuntaba maneras para las carreras de velocidad y en su colegio intentaron convencerle para que compitiera. Pero eso era precisamente lo que no le gustaba: competir. "A mí lo que me gustaba era el fondo, correr contra mí mismo. Me evade de la realidad. Pero no me interesan las marcas y eso me alejó del atletismo".

Pese a eso, reconocen que cuando en un programa de radio o en un concierto se cruzan con plusmarquistas se les pone la piel de gallina. "En la radio coincidimos una vez con Alberto Contador y nos impresionó. Y el día que nos vino a ver Miguel Indurain a un concierto fue un momento importante. Nos emociona este tipo de gente, les admiramos". "No sé, quizá en mi caso tiene que ver con mi padre, que siempre fue, como tantos en el norte, un seguidor del Tour y del Giro", explica Juan, admitiendo que a veces las marcas tienen su sentido.

Hacia lo salvaje es el sexto disco de la carrera del grupo y el primero que graban lejos de una multinacional. Componen juntos y su aventura (más rockera, según han declarado) nació de una canción que empezó a bullir en la cabeza de la cantante a partir de una imagen de su infancia: el recuerdo de un ermitaño, un hombre que había vuelto a la naturaleza. El viento del Cierzo, probablemente. "El que nos hace a los de Zaragoza más locos, más creativos".

Amaral
AmaralTOMÁS ONDARRA

Bicicleta para respirar

- Antes correr era más fácil. Pero hasta eso se ha vuelto complicado en una ciudad como Madrid, donde vive Eva Amaral, eso sí muy cerca de uno de los mejores parques de la capital, donde casi le basta cruzar la calle para respirar debajo de un árbol. Ahora, para tomarse un respiro es más fácil ir en bicicleta. En cinco minutos, explica Amaral, logra alejarse del centro. "Y cada vez necesito más estar cerca de lugares que me recuerden a un bosque o una montaña", añade la cantante.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’
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