_
_
_
_
_
Reportaje:LAS CLAVES DE DOS TRAYECTORIAS OPUESTAS | Duelo entre los dos 'grandes' por la Liga

Vulnerables

El Barça no sabe jugar sin la pelota, y su fútbol sólo se concibe a partir de la presión y el ataque

Ramon Besa

El Barça ha dejado de ser el equipo menos batido tras recibir en un partido tantos goles (cuatro) como el Madrid en Liga desde la llegada de Juande Ramos. Los azulgrana son vulnerables cuando dejan de atacar de forma permanente, circunstancia que exige una puesta a punto óptima tanto física como mentalmente. Hoy, sus futbolistas han perdido gas y lucidez, por fatiga o estrés, y su fútbol sólo tiene sentido cuando se ejecuta a la velocidad de la luz. Llegar un segundo tarde o ceder un metro desvirtúa su juego de posición. No es lo mismo jugar en 40 que en 70 metros.

- La sintomatología. Las dos últimas derrotas, ante el Espanyol y el Atlético, coinciden con los dos partidos en que el Barça ha tenido menos posesión del balón si se exceptúa la visita al Málaga, presidida por un aguacero. Ante los rojiblancos, por lo demás, remató menos veces y concedió más ocasiones que nunca. A nivel individual, las cifras son aún más comprometedoras: Eto'o no intentó un solo regate, Messi únicamente remató tres veces y Márquez perdió el cuero en ocho ocasiones. Alves puso menos centros que nunca y Xavi dio menos pases que en anteriores partidos.

Más información
'Raulismo'
El método no se discute
El final de los ronditos
El culpable no es el físico
Guardiola: "Boluda no tiene capacidad para tocarme el ánimo"

- Jugar sin el balón. Los delanteros han dejado de presionar a sus marcadores y el equipo se ha aflojado: si en la primera vuelta sufrió 13 goles en 19 partidos, en la segunda cuenta 11 en seis. Formado por especialistas, funciona como un puzle y, por tanto, a la que falta una pieza pierde su visión de conjunto. Los errores individuales han penalizado la mecánica de juego. El equipo no sabe jugar sin el balón ni descansar cuando lo tiene, no domina el antijuego y es vulnerable en su área. Necesita compartir la pelota y repartirla con rapidez y precisión. Es una máquina sensible. A pesar de sus figuras, sale perdedor del intercambio de golpes y necesita controlar el choque.

- Uno contra uno. A excepción de Messi e Iniesta, ningún jugador domina el mano a mano ni se provocan situaciones de dos contra uno. Iniesta es, por lo demás, el único que sabe juntar las líneas. De la misma manera que hay varios jugadores que saben leer el juego, ninguno interpreta el partido. Al Barcelona le falta un caudillo al estilo de Koeman o de Deco.

- Plantilla. El banquillo es poco profundo para afrontar tres torneos y hay futbolistas que no tienen sustituto incluso siendo cuestionados, como Valdés en la portería y Abidal en la banda izquierda. Algunos fichajes son cuestionables y el grueso del plantel es el mismo de las últimas temporadas.

- Psicología. Hubo un tiempo en que la vara de medir era Cruyff, momento de superioridad azulgrana, y ahora es Capello, situación que favorece al Madrid, ya ganador de la batalla de la diferencia de 12 puntos que se mantuvo durante ocho jornadas. A Guardiola le toca ahora actuar después de que el Barça no supiera cerrar por vez primera un partido que ganaba. Los rivales ya saben desarmarle.

Messi intenta marcharse de Casillas y Sergio Ramos en el Barça-Madrid de la primera vuelta (2-0).
Messi intenta marcharse de Casillas y Sergio Ramos en el Barça-Madrid de la primera vuelta (2-0).REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_