Webber se impone y Alonso acaba cuarto
El australiano supera a su compañero Vettel, pero no logra el subcampeonato que queda en manos de Button, tercero
La amenaza de la lluvia sobrevoló por el circuito de Interlagos durante toda la carrera del Gran Premio de Brasil. Sin embargo, no apareció. La última carrera del curso tuvo un desarrollo lógico, sin grandes incidencias, sin accidentes que pudieran perjudicar a los líderes y dieran opciones a los aspirantes. Nada. Pero hubo una circunstancia que cambió el rumbo habitual de los acontecimientos en este Mundial de fórmula 1: el ganador fue el australiano Mark Webber y no Sebastian Vettel como venía ocurriendo. Y la causa fue que el alemán, ya doble campeón mundial, bajó su ritmo porque su equipo le indicó que tenía problemas con la segunda velocidad y que debía utilizar esta marcha lo menos posible.
¿Fue un fallo técnico o una estrategia de Red Bull para intentar ayudar a Webber a conseguir el subcampeonato? Probablemente, el equipo quiso poner en manos del australiano todas las armas posibles para lograr su objetivo. Pero la situación era realmente difícil, porque la distancia de puntos entre él y los demás aspirantes era demasiado grande. Ni siquiera la victoria le aportó el subcampeonato, porque Jenson Button y Fernando Alonso concluyeron la carrera justo por detrás del australiano y cerraron todas sus opciones. El segundo clasificado final del campeonato fue el piloto de McLaren, que tuvo un final de carrera impresionante con los neumáticos duros y acabó superando a Alonso a 10 vueltas para el final, arrebatándole la última posibilidad de acceder al podio esta temporada.
El asturiano realizó una salida espectacular en la que ganó una posición al superar a Hamilton y colocarse cuarto por detrás de Vettel, Webber y Button. Era evidente que con los neumáticos blandos bien calentados, el Ferrari del asturiano estaba ofreciendo un rendimiento extraordinario, hasta el punto de que le permitió a Alonso adelantar a Button en la 11ª vuelta. Así se mantuvieron las posiciones prácticamente hasta la conclusión. Concretamente, hasta que los neumáticos duros volvieron a situar a los Ferrari muy por debajo del rendimiento de los McLaren y Button lo aprovechó. Hamilton tuvo que abandonar con problemas en el cambio.
Sin embargo, si algo volvió a quedar patente fue la superioridad brutal de los Red Bull sobre todos sus rivales. Nadie pudo cuestionarles nada. Hicieron un nuevo doblete, el tercero del año. Y sumaron dos podios más, 27 en total, y otra victoria, la decimosegunda... la única que ha aportado al equipo su segundo piloto. Superioridad total a una vuelta, con 18 poles de 19 posibles. Y superioridad en carrera, con los dos títulos asegurados mucho antes de concluir el Mundial. Un balance atroz si se compara con el de McLaren (17 podios y 6 victorias) y con el de Ferrari (10 podios y 1 victoria).
La segunda batalla que se dirimía en Interlagos era la pugna por la séptima plaza del Mundial de constructores que se disputaban Sauber y Toro Rosso. Ahí tampoco hubo opción. Ya en la clasificación se demostró que la hazaña que se les planteaba a Jaime Alguersuari y Sebastian Buemi era de gran magnitud. Y en la carrera pudo comprobarse que Sauber fue superior. De los cuatro pilotos implicados solo Kobayashi entró en los puntos (noveno) y, por tanto, fue él quien aseguró el séptimo puesto a Sauber... y los seis millones de euros que eso suponía para el equipo. Alguersuari concluyó 11º y Buemi justo detrás. No puntuaron y Toro Rosso acabó octavo.
