El Xerez se agarra a un sueño
La victoria ante el Zaragoza todavía le permite pensar en la salvación
La historia tiene el encanto de los asuntos imposibles y los perdedores rebeldes. Muerto hace mucho tiempo, el Xerez, con Gorosito, el ex de River y tantos otros, y con algunos fichajes que Ziganda no tenía, quiere construir hasta el final una historia de superación personal, un caso de muertos resucitados, un remake del thriller de Michael Jackson. Tanto tiempo con la esquela puesta en la espalda , el Xerez ha decidido que hasta el último día nadie le pondrá la segunda chincheta, la definitiva, o le quitará la que le sujeta el epitafio. Su victoria y la derrota del Málaga, jaleada en Chapín, le dan suero para al menos una semana, cuando se la juegue definitivamente contra Osasuna, ya salvado, en El Sadar, y con el Málaga dejándose la piel ante el Real Madrid.
Xerez 3 - Zaragoza 2
Xerez: Renan; Francis, Gioda, David Prieto, Casado; Bergantiños, Víctor Sánchez; Orellana, Alustiza (Calvo, m. 56), Armenteros (Míchel, m. 64); y Mario Bermejo. No utilizados: Chema, Moreno, Viqueira, Vigneri y Antoñito.
Zaragoza: Roberto; Ponzio, Jarosik, Contini, Obradovic; Gabi, Aguilar; Eliseu (Jorge López, M. 89), Herrera, Lafita; y Colunga. No utilizados: Carrizo, Goni, Pulido, Pablo Amo, Edmilson y Arizmendi.
Goles: 1-0. M. 22. Francis. 1-1. M. 66. Herrera. 2-1. M. 74. Calvo. 3-2. M. 76. Gabi
Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Jarosik, Aguilar, Orellana, Bergantiños y Obradovic. Expuls-o a Contini (m. 93) por doble amonestación
Unos 15.000 espectadores en Chapín.
Tiempo de esperanza. Pero el Xerez es algo más que un ejercicio de supervivencia. No una cuadrilla de entregados costaleros. Es un equipo de fútbol, que se apasiona con la misma sensatez que se entrega a la causa del balón, es decir, no a la rifa del perrito piloto.
Al Zaragoza, oficialmente, le faltaba un punto para decir adiós al riesgo del descenso. Pero las matemáticas y el corazón son asuntos que no siempre tienen que ver. Y el Zaragoza sabía que, aún perdiendo, su huida del infierno era definitiva. Así que decidieron intercambiar golpes: el Xerez por necesidad y el Zaragoza por placer. Y marcó Herrera, un gol de esos tipos que siempre ven la red más cerca que los demás. Y Michel le respondió con un golazo, de cabeza, inesperado, de esos de grandullón que no se valoran lo suficiente. Y volvió a recortar Gabi con otro gol que encogía al público de Jerez ya más pendiente de Chapín que del partido del Málaga, la frontera de la felicidad.
Más no pudo hacer el Xerez que apuntarse al rabo de nube que le indica que la próxima semana, tras muchas carambolas, puede seguir siendo equipo de Primera, cuando nadie lo creía. El Zaragoza perdió y se salvó. Lo importante es lo segundo. A estas alturas de la Liga, el marcador es el de la clasificación, no el de los partidos. Y ambos se jugaban la clasificación.
