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El accidente de Vladimir Smirnov, que está clínicamente muerto, fue una casualidad

La esgrima es uno de los deportes menos peligroso. Las medidas de seguridad que adoptan los tiradores -así se llama a los practicantes de este deporte- han logrado que las estadísticas definan la esgrima no sólo como una de las especialidades deportivas que menos lesiones ocasiona, sino como la que menos muertes causa. La lesión de Vladimir Smirnov, clínicamente muerto, ha sido producto de la casualidad. La coincidencia de que el protagonista fuera un campeón olímpico y un campeón del mundo ha dado mayor relevancia al tema.

El tirador va protegido de pies a cabeza. Sólo lleva al desnudo la mano que no empuña el arma. El tórax, por ser la zona que recibe los impactos, va protegido de una chaqueta metálica con el fin de que los tocados sean registrados electrónicamente; lleva, además, la chaqueta del traje reglamentario y un peto protector. Las armas -sable, florete y espada-, no pueden herir porque no pinchan y tampoco cortan. La punta está matada con una cabeza aplastada y el filo de la hoja no tiene filo. El control de las armas en un campeonato es exhaustivo y son rechazadas las que, por el uso, puedan presentar aristas.El accidente sólo puede sobrevenir en caso de que se parta la hoja. Quedan aristas afiladas en la zona donde se ha producido la rotura y existe, entonces, la posibilidad de que corten, aunque lo normal es que impacten de plano sin riesgo de corte. Pero que se rompa el arma es difícil al ser las hojas cada vez más flexibles para evitar precisamente la rotura. Las estadísticas de la Mutualidad General Deportiva demuestran este punto al quedar reflejado el dato de que cada vez el número de lesiones por herida es menor.

Sin riesgos

El muslo, la rodilla, el tobillo, el pie y el tórax son las zonas del cuerpo en las que más frecuentemente se lesionan los tiradores. Pero muy pocas veces a consecuencia de una herida. Las contusiones, los esguinces y las tendinitis son las lesiones más frecuentes. En los últimos cinco años, tan sólo el 3,52% de los lesionados fueron atendidos a causa de una herida.El riesgo de fallecimiento en la esgrima es prácticamente nulo. En España no se recuerda ningun caso de muerte a consecuencia de la práctica de este deporte. En los últimos veinte años sólo pueden decir lo mismo las federaciones de Colombófila, Esquí Náutico, Galgos, Halterofilia, Kárate, Pentatlon Moderno, Polo, Salvamento y Socorrismo, Tenis de Mesa y Voleibol. Todas las demás, incluso algunas que practican modalidades tan pacíficas como el billar, los bolos, la columbicultura, el golf y la pesca, han registrado algún accidente mortal en su nómina de afiliados.

La esgrima es practicada en España por unas 15.000 personas, y Madrid, Valencia y Barcelona son los núcleos principales. El porcentaje de lesionados no llega al 0,5%, exactamente es el 0,48%.

El accidente de Smirnov sólo se puede achacar a la mala fortuna. Es de suponer que, el arma de su rival, el alemán Mattias Behr, superó todos los límites de flexibilidad al impactar en una acción ofensiva. Luego, el trozo que quedó desprendido del florete salió catapultado hacia la careta de Smirnov y llegó a la mascarilla, le atravesó el ojo izquierdo y penetró 12 centímetros en el cerebro.

Antiguos campeones del mundo de florete han achacado este accidente al material empleado y a las nuevas técnicas del tirador. Piden el retorno al florete de plástico o al de fibra de cristal, y a la empuñadura recta en lugar de la cruzada, hoy en boga.

El francés Christian d'Oriola, cuatro veces campeón del mundo individual y cuatro veces olímpico, manifestó que los floretes con fibra de cristal cuando se rompen "se abren como un puerro y no se transforman en un puñal como sucede con el florete de acero". El antiguo es rechazado por la mayoría de las federaciones, especialmente por la británica y la alemana occidental.

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