El acusado de amenazar a Laporta explicó a Migueli que ideó pintadas contra el presidente

El juez de Vic dictó ayer un auto en el que se inhibe en favor de otro de Barcelona del caso de las amenazas que sufrió el presidente del Barça, Joan Laporta. El auto recoge que Manuel Santos, ex empleado del club, acusado de querer dar una palizar a Laporta, explicó a Migueli, ex jugador azulgrana, su implicación en las pintadas que aparecieron en la casa de Laporta. El juez invita al nuevo instructor que cite a declarar como testigo a Migueli.

El juez sostiene en el auto que descartó citar él mismo a Migueli por "motivos de prudencia" y porque el riesgo que sufría Joan Laporta se había "disipado" con la detención en febrero de Manuel Santos, empleado del Barça en la época del nuñismo, y con el ingreso en prisión de Antonio Torn, conocido como Antoñito, y dirigente de los Casuals, una facción violenta que se escindió de los Boixos Nois, según informa Europa Press. La implicación de Santos en el caso se conoció cuando el juez ordenó una intervención telefónica investigando una complicada trama de tráfico de drogas, que ha afectado a 12 personas y que ha sido trasladada a la Audiencia Nacional.

El auto detalla las conversaciones teléfonicas que aludían al detalle de los planes para agredir a Laporta y las pintadas amenazadoras que el ex empleado confesó en su día a Migueli. " Le explica que está detrás de 'que pintara la casa del otro', lo que parece relacionarse con las pintadas amenazantes contra Laporta, dadas estas conversaciones, donde deja constacia de su resentimiento hacia éste", detalla el juez, que invita al instructor de Barcelona a "la necesidad de que se practiquen nuevas diligencias o se tome declaración a Migueli por ser una persona conectada al club [fue técnico en la era Gaspart] y el interlocutor de Santos cuando éste se atribuyó las pintadas".

La investigación se basa en las conversaciones telefónicas entre Santos, Antoñito, y Javier Delgado, vigilante de Prosegur que trabajaba en el Camp Nou y que llegó a ser escolta del propio Laporta. Santos le propuso a Antoñito la posibilidad de agredir a Laporta y otras personas relacionadas con el Barça a cambio de dinero. El hincha le pidió 30.000 euros por encargar la paliza y le propuso que se ellos se repartieran 6.000. En otra conversación entre Antoñito y Delgado, que ya habían planeado un robo frustrado a una oficina de Prosegur, éste le explica que le han asignado como guardaespaldas de Laporta. El auto sostiene que el vigilante, "en tono insinuante, le dice al hincha que 'el coche de Laporta se estropea' y que 'no llega a los sitios', y le comenta, entre risas, que si le dan dinero él le pega y sale en los periódicos, ante lo que Antonio le pregunta por dos veces que si lo haría, a lo que Delgado contesta en sentido afirmativo".

Santos declaró en su día ante el juez que todo se trataba de una broma, pero en otra de las conversaciones con Antoñito le asegura, según el juez, "estar en tratos con personas para que faciliten financiación y liarla; y en otro momento, habla de la conveniencia de agredir a una persona con el club del que el primero le indica la dirección". En otra charla, Santos explica a su hijo que Antoñito "está muy enfadado y que es capaz de 'pegarle dos puñaladas al Laporta y todo', mientras que en otra le comenta "riéndose" que el Laporta se va a mudar y ya saben dónde. Santos admite que intervino en que los boixos gritaran ante el palco el día del partido ante el Albacete diciendo: 'Laporta, en Sant Cugat te vamos a encontrar".