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Reportaje:

Un asunto de vida o muerte

Jupp Heynckes dimite como entrenador del Borussia Mönchengladbach por tres amenazas de asesinato que la policía toma en serio

Jupp Heynckes, don Jupp le llaman en Alemania por sus años de entrenador en España, dimitió en el Borussia Mönchengladbach tras haber recibido tres amenazas de muerte que la policía tomó en serio. Heynckes, de 61 años, declaró al periódico de Düsseldorf Rheinische Post que las amenazas "adquirieron el pasado fin de semana tal dimensión que yo no podía someter a mi mujer a semejante presión". Por este motivo cuando este miércoles presentó la dimisión a la directiva del Gladbach no consiguieron convencerle para que siguiera en el banquillo.

Heynckes lo ha sido todo en el fútbol alemán sobre la pradera y casi todo en los banquillos de entrenador. En la década de los setenta el Gladbach practicó el mejor fútbol de la historia de la Bundesliga. Primero con Netzer como director de orquesta, hasta que se fue al Madrid, y después con los jóvenes Bonhof, Stielike y siempre con Berti Vogts, el Gladbach ganó en esa década prodigiosa cinco veces la Bundesliga con un equipo al que llamaban Los potros. Jugó Heynckes 369 partidos en los que marcó 220 goles. Una cifra que le convierte en el tercer máximo goleador de la historia del fútbol alemán de posguerra. Con la selección alemana jugó 39 partidos y metió 14 goles. Como entrenador, Heynckes ganó la Liga de Campeones con el Madrid y la Copa Intercontinental en 1998 y le dieron la patada a continuación. También ganó la Bundesliga en el banquillo del Bayern Múnich en 1989 y 1990. En España entrenó al Athletic de Bilbao y al Tenerife y en Alemania, además de al Bayern, al Francfort, Schalke 04 y Gladbach.

El alemán dejó el club y al entregar el coche, dijo: "Está lavado y con el depósito lleno"

No tiene Heynckes un carácter fácil. No admite concesiones y canta sus verdades al lucero del alba. Por eso en ocasiones se ha enfrentado con los directivos y la prensa. Casado y sin hijos, su mujer tiene una salud delicada y esto ha repercutido en su carrera en los banquillos e influido sobre su carácter. No obstante, Heynckes es un hombre de una pieza, fiel a su línea de actuación, capaz de renunciar a 1,5 millones de euros por su ficha, que duraba hasta finales de junio de 2008. El presidente del Gladbach, Rolf Königs, lo calificó de "hombre de honor" y "caballero". Heynckes dejó la sede del club y al entregar el coche les dijo: "Esta lavado y con el depósito lleno".

Ayer surgió la noticia de las amenazas de muerte, que la policía confirmó. En los dos últimos partidos, en Bochum y Cottbus, Heynckes estuvo acompañado por dos policías de paisano. Por eso su decisión de dimitir era firme, aunque también justificada por la mala marcha del equipo que ocupa una de las plazas de descenso y lleva 13 partidos sin saber lo que es sumar tres puntos. Heynckes justifica su dimisión y sostiene que no se considera fracasado: "Borussia está, en principio, en el camino correcto. Yo supe desde un principio que necesitaría mucho tiempo y paciencia llevar al equipo hacia arriba. Tuvimos mala suerte con las lesiones, pero en el fútbol sólo cuentan los resultados y por eso el Borussia está ahora en peligro de descenso".

Arremetió Heynckes contra la prensa por la que sentía perseguido. Sus escasos nervios quedaron de manifiesto en la conferencia de prensa que siguió al partido del martes cuando empató 0-0 en casa con el Nuremberg. A la pregunta de si estaría sentado en el banquillo el próximo sábado en Bielefeld, Heynckes respondió: "Si usted sigue con su sucia campaña de prensa, me lo pensaré". Al día siguiente dimitió. Mantenía una guerra permanente con varios periodistas que el entrenador consideraba sus enemigos y empeñados en una campaña en su contra.

En realidad lo que determinó el fracaso y dimisión de Heynckes fueron sus malos resultados. El otrora legendario equipo está en el puesto 16º a cuatro de los que se salvan, pero las perspectivas de juego y de corregir la marcha, al menos con Heynckes, eran casi nulas. El entrenador dimitido había introducido un sistema de rotaciones que no funcionaba. Su fichaje más sonado, el centrocampista argentino Insúa, que costó 10 millones de euros, no ha con seguido hacerse con las riendas del equipo. Muchos piensan que a Heynckes, el segundo entrenador más viejo de la Bundesliga, se le pasado la hora. Se despidió con un canto de amor: "Mi marcha ha resultado muy difícil porque mi corazón está con el Borussia". Quedan lejos los tiempos de aquel maravilloso equipo de los potros cuando el Gladbach demostró que el fútbol alemán podía ser mucho más que once leñadores corriendo por la pradera.

Heynckes, durante un partido de la Bundesliga en noviembre.
Heynckes, durante un partido de la Bundesliga en noviembre.REUTERS

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