El atletismo hace la vista gorda

Digna Luz Murillo, la mejor velocista de España, y una de las atletas involucradas en la Operación Galgo, voló ayer a Estocolmo con el resto del equipo español para participar en el Campeonato de Europa de selecciones. Ni la Federación Española de Atletismo ni el Consejo Superior de Deportes (CSD) consideraron que el hecho de que la atleta haya vuelto a entrenarse con Manuel Pascua -imputado por suministrar sustancias dopantes a sus atletas-, como desveló ayer el diario Público, es motivo suficiente para apartarla de la competición. "Se ha abierto una investigación y decidiremos cuando esta termine", explicaron en la federación. Su presidente, José María Odriozola, tiene previsto viajar hoy a la capital sueca.

El CSD ha decidido que sea la federación quien resuelva por ahora el asunto

El CSD ha decidido por el momento que sea la federación quien resuelva el asunto. El secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, habló ayer con Odriozola y le exigió que apartara a la atleta de la selección si se confirmaba que había vuelto con Pascua. El CSD suspendió la beca ADO a la corredora y al resto de atletas implicados mientras se resuelve el caso y está a la espera de que la juez que instruye le autorice a utilizar las pruebas para sancionarles en el terreno deportivo. Por el momento, el único castigado es Alemayehu Bezabeh. Su confesión de que había participado en una autotrasfusión llevó a Odriozola a apartarle del Europeo de cross y el Comité de Disciplina Deportiva le ha impuesto una sanción de dos años y una multa de 3.001 euros.

La doctrina de la federación es diferente. Mantiene las becas a los atletas -Murillo cobra unos 18.000 euros- y sigue convocándoles para competir fuera de España porque, mantienen, aún no se ha demostrado que se hayan dopado. Pero tanto Pascua, como su mujer Mery Martínez, también entrenadora, están vetados desde que estalló la Operación Galgo en diciembre.

Los rumores en la pista de atletismo del INEF de Madrid empezaron hace días. Se decía que Digna Luz Murillo, nacida en Colombia y casada con Perea, futbolista del Atlético, había roto con el técnico que le había puesto la federación cuando estalló la Operación Galgo en diciembre. "No me lo dijo directamente a mí, dejó de venir al entrenamiento", explica José Luis Martínez.

La versión oficial es que a la atleta no acaba de convencerle el trabajo con el veterano técnico, y así se lo explicó a Odriozola. Este le preguntó si había vuelto con Pascua. La atleta lo negó. Había decidido entrenarse a distancia con Rafael Blanquer, responsable de su club, el Terra i Mar de Valencia. La realidad es que, aunque aparecía de vez en cuando por la pista del INEF, trabajaba en secreto a las órdenes de Pascua.