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El balón como medicina

Descartado por la mañana por una gripe intestinal, Messi marcó dos goles por la noche

Messi llegó el lunes de Buenos Aires, cogió un taxi en el aeropuerto del Prat, se fue a la ciudad deportiva y sudó un rato. El martes se entrenó con sus compañeros y cuando ayer por la mañana se daba por hecho que iba a jugar contra Osasuna, llegó al entrenamiento traspuesto y le enviaron a casa. Un comunicado oficial del Barcelona anunciaba el problema al mediodía: "El jugador sufre un proceso gripal con fiebre y es baja para el partido de esta noche". Pero a Messi le puede el balón y jugó media hora, además de meter dos goles. "¿Pero tú no estabas enfermo? ¡Te podías haber quedado en casa!", confesó haberle dicho Mendilibar cuando La Pulga se disponía a salir al campo. "Se ha descojonado, claro", explicó el técnico de Osasuna cuando le cuestionaron sobre la reacción del argentino.

Lamentó Mendilibar que al partido lo envolviera cierta ceremonia de la confusión. "Todo ha sido muy raro. Primero nos piden que invirtamos el orden porque querían cambiar el campo y enredamos a todo dios. Después no se va a cambiar y de repente, aparece Messi con fiebre, se va para casa. Pero llega, se sienta en el banquillo, juega y nos mete dos goles". Con sorna, añadió el vasco: "Igual nos dicen que vienen a Pamplona con el B y salen con el primer equipo".

Los jugadores del Barcelona se explican tan bien dentro del campo como mal lo hace el club fuera del terreno de juego. Por eso, Guardiola casi se vio obligado a pedirle disculpas. "Nada más lejos de nuestra intención que hacerle la puñeta a él o a Osasuna", dijo el técnico catalán, que le puso luz a la ceremonia de la confusión generada por los partes médicos de ayer sobre el estado de Messi. "Estas cosas pasan por querer ser muy transparentes. Esta mañana estaba mal de la barriga, tenía décimas de fiebre, frío, y lo he enviado a casa". El entrenador reconoció haberle dicho a Leo que si se encontraba mejor lo dijera. "Me ha llamado, me ha dicho que estaba bien, ha venido y al banquillo". Así de fácil. "Si hubiera tenido fiebre no hubiera venido". De hecho, Abidal y Valdés causaron baja ayer precisamente por un proceso gripal.

Primero, Guardiola le mandó a calentar para animar al público, pero después, como la eliminatoria no estaba cerrada, le mandó al campo. "Con él somos mejores", dijo, después de elogiar el partido del resto de sus compañeros, desde Pinto a Pedro. A partir de ahí, "el resto lo hizo Leo. O sea, hizo lo que suele hacer". Metió dos goles, suma 31 en esta temporada, y alcanzó el honor de Pedro, al convertirse en el segundo jugador en haber marcado al menos un gol en todas las competiciones posibles del año, en seis (Liga, Supercopa de Europa y española, Mundial de Clubes, Copa y Champions). "Sabía que era cuestión de tiempo, me alegro", señaló el canario.

¿Y Messi? Tan tranquilo: "Estaba con dolor de panza, nada más, no tenía fiebre ni vomité. Me encontré mejor por la tarde y por eso jugué". Lo admitió Mascherano. "Las gripes de Messi son diferentes de las del resto de los mortales. Al menos, a las mías", dijo el argentino.

Messi trata de zafarse de un rival de Osasuna.
Messi trata de zafarse de un rival de Osasuna.JOSEP LAGO (AFP)

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