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WIMBLEDON 2008 | Un pulso de leyenda

El campeón vulnerable

Federer, 'número uno' y pentacampeón del torneo, pierde el cartel de favorito invencible en la tercera final consecutiva con Nadal

"El dolor es sólo temporal. La victoria es para siempre". Una máxima como sacada de un libro de autoayuda preside el trajinar de Roger Federer camino de la final de Wimbledon, que hoy le enfrenta a Rafael Nadal (15.00, Cuatro y Canal+). El suizo llegó hace dos semanas a Londres sintiéndose en entredicho. Arrollado por el español en la final de Roland Garros, donde sólo ganó cuatro juegos, Federer, un tenista mayúsculo, se enfrentó a una nube de fotógrafos y no pudo resistirse a transmitir su mensaje. Fue el domingo 22 de junio. El número uno del mundo se presentó en el club de Wimbledon, pisó la hierba, y lució en su camiseta la descripción de su estado de ánimo: "Pain is only temporary. Victory is forever". "El dolor es sólo temporal. La victoria es para siempre". París es el dolor. Y Londres, cree Federer, el pentacampeón invencible, la victoria eterna. Los dos mejores tenistas del mundo descubren hoy en el escenario más prestigioso si su rivalidad es lo que aparenta: la máxima expresión de su deporte.

"Los dos queremos una pieza del mundo del otro", resume el suizo su rivalidad
"Rafa explota muy bien tus debilidades. Me ha hecho más duro", reconoce
Federer no ha perdido un solo 'set' y sólo ha cedido dos juegos esta edición
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"Estoy en la estratosfera"
Nadal, al abordaje

Nunca dos jugadores se enfrentaron en seis finales grandes. Nunca dos jugadores se enfrentaron tres años seguidos en las finales de dos grandes distintos: Roland Garros, el reino de Nadal, y Wimbledon, el de Federer. Y nunca dos tenistas desearon tanto los triunfos del contrario. "Los dos queremos una pieza del mundo del otro", resume Federer. El español y el suizo alimentan mutuamente su leyenda desde hace tres años. Sólo una cosa ha cambiado. Federer, el tenista de las 40 victorias consecutivas en Wimbledon, afronta el partido sin ser el favorito inalcanzable. París abrió una brecha. Y ahora el campeón se encuentra en una situación desconocida: sentado ante el televisor para valorar la mejor manera de retener su corona.

"Vi cuatro juegos del partido de Nadal contra Schuettler", admitió el suizo, que no ha perdido un set en todo el torneo y sólo ha cedido el saque en dos ocasiones. "Quizás vea algún vídeo más si siento que lo necesito. Siempre quedan los DVD". Quizás, dijo Federer, el genio que ha perdido 11 partidos en sus 17 enfrentamientos con Nadal. Prácticamente seguro, según deslizó Severin Lüthi, capitán del equipo suizo de la Copa Davis, entrenador de Federer a tiempo parcial, y su compañero de piso en Wimbledon.

"Cuando Roger llegue a la final", explicaba el viernes Lüthi, "comenzaremos a pensar en Rafa. Le vi jugar su partido de cuartos contra Andy Murray, y vamos a pedir una cinta del partido que disputó contra Gulbis". Lo nunca visto. Federer fijándose en el letón del saque inquebrantable. ¿Cuáles han sido las conclusiones del estudio?

"Que la mayoría de tenistas no tienen capacidad para hacerle daño a Rafa", responde Federer, que ha reducido al máximo su contacto con la prensa. "Pueden tener una buena derecha y un buen revés, pero entonces les falla el saque o la volea. Contra Rafa hace falta el paquete completo, porque él explota muy bien tus debilidades. Es sistemático, y muy bueno", continúa. "Su reto me ha hecho más duro. Jugar contra él es entrar en una dimensión completamente diferente. Necesito sacar bien para que Rafa tenga menos ritmo para jugar su partido. También me he dado cuenta de que sólo puedo usar a veces el revés cortado contra él. Espero el test de Rafa".

Federer, el gran campeón, defiende hoy su templo del abordaje de Nadal. La primera vez que ganó el título, en 2003, se sintió inspirado por el inesperado éxito del Alinghi suizo en la Copa del América, y lo celebró ofreciéndose como compañero de entrenamientos de los socios del club -"simplemente, llámenme"-. Los murmullos que le rodean ahora recuerdan que John McEnroe, el mito que se entrena con Nadal, venció su primer Wimbledon siendo número dos del mundo e impidiendo a Bjorn Borg ganar su sexto título seguido. A Federer, que hoy busca esa marca tras derrotar al español en las dos últimas finales, no le hace gracia la comparación. Ni Roland Garros, ni el Alinghi, ni los socios. En 2008 toca hablar en alemán y recordar quién es Federer con un latigazo. "Para mí este partido no es una venganza. Yo gané aquí el año pasado".

Nadal felicita a Federer tras el triunfo del suizo en la final de Wimbledon 2007.
Nadal felicita a Federer tras el triunfo del suizo en la final de Wimbledon 2007.AP

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