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Reportaje:El clásico que decide la Liga

A la carga, al ataque

Real Madrid y Barcelona se miden hoy en el Bernabéu en un partido decisivo para la Liga después de protagonizar dos trayectorias de récord por número de goles y puntos

Ramon Besa

El fútbol permite que dos líneas paralelas que se han prolongado de forma extraordinaria durante la temporada se crucen hoy en un campo de juego para resolver la suerte de la Liga. A falta de ocho jornadas para acabar el campeonato, el clásico se presenta como decisivo para decidir la suerte del campeón, no solo por las secuelas psicológicas que acostumbra a dejar, sino por la manifiesta superioridad de los dos grandes respecto al pelotón, más allá de que el calendario anuncie encuentros delicados para ambos equipos, especialmente para el azulgrana.

El pulso Madrid-Barça se mantiene desde el arranque del torneo. La victoria en el Camp Nou por 1-0 no ha servido a los barcelonistas para distanciarse de los madridistas, que han recortado la diferencia máxima de cinco puntos y además se han colocado líderes por la diferencia de goles. Eliminado de la Copa y de la Champions, el Madrid ha convertido cada partido de Liga en una final. Necesita celebrar las victorias parciales como si fueran el anuncio del triunfo definitivo. Le mueve la ambición y el recuerdo de la derrota del ejercicio pasado: 2-6.

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"No le tengo ningún temor al Barcelona", reitera Pellegrini, "de la misma manera que digo que sentirse campeón en caso de victoria sería un gran error. La Liga no acaba mañana [hoy]. Auguro un partido muy abierto". Guardiola parece dar más trascendencia al encuentro que el entrenador del Madrid: "No ganas el clásico si no lo juegas como una final, así que no vamos a esperar a que pasen cosas sino que queremos ser protagonistas, procurar que sucedan. Quiero que al final del encuentro los aficionados hayan reconocido a nuestro equipo. Aunque el marcador del año pasado es irrepetible, intuyo que va a ser un partido chulo, habrá goles y la gente se lo pasará bien. El Madrid es un equipo impresionante, comprado, hecho y creado para competir al máximo en todo".

Ausentes por lesión Abidal e Ibrahimovic, autor del gol del Camp Nou, la duda de Guardiola está en el ala izquierda del ataque mientras Messi barrerá el frente de ataque. La posición del argentino puede condicionar la formación de Pellegrini, que podría sacrificar a Granero para dar entrada a Marcelo como centrocampista después que se haya confirmado la baja de Kaka. A pesar de que Ibrahimovic concede muchas salidas, variantes y profundidad, las bajas no parecen limitar las aspiraciones de los dos equipos ni su mecánica de juego. Las listas de convocados refuerzan la jerarquía de Messi y Cristiano Ronaldo, símbolos de ambos equipos, figuras sin duda del clásico.

Messi suma 16 goles en los últimos 10 partidos y tiene más participación en el juego que Ronaldo. Un estudio de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de A Coruña establece que más del 80% de las jugadas del Barça pasan por Messi. A balón parado, en cambio, el portugués no admite comparación: conduce menos que el argentino y le pega más y mejor al balón.

Ambos representan perfectamente la manera de jugar a fúbol de sus respectivos equipos. El Madrid practica la percusión, es un tambor, vertiginoso en el contragolpe, llegador y un implacable rematador. Tiene épica y furia. Los azulgrana son un equipo de cuerda, propiamente de violines, más pendientes del juego que del tiro. A veces son tan estéticos que incluso se tornan amanerados, como ocurrió por ejemplo en Londres ante el Arsenal.

Los barcelonistas han recuperado las mejores sensaciones en los cuartos de final de la Copa de Europa de la misma manera que los madridistas han ganado los 15 partidos que han disputado en el estadio Bernabéu. Al Madrid le pesa, sin embargo, su eliminación contra el Olympique de Lyon en la Champions, una cierta fatalidad a la hora de afrontar los partidos de palabras mayores. A los barcelonistas por contra no se les recuerda ni un gatillazo en una final. Incluso su eliminación de la Copa del Rey se produjo después de ganar en Sevilla por 0-1.

Juega siempre el Barcelona al ataque, con un juego control, mientras el Madrid actúa a la carga, siempre desafiante con sus oleadas y embestidas. Los números aseguran precisamente que el Madrid es mejor ofensivamente (83 goles frente a 75) y el Barcelona se impone defensivamente (19 contra 26 goles). Higuaín, que suma dos tantos menos que Messi (24-26), se presenta como un futbolista indetectable para las zagas más firmes, el mejor de los colaboradores de Ronaldo. A Messi le faltan socios de cara a portería por la escasa munición de la segunda línea y la poca aportación de Henry, paliada por el buen hacer de Pedro. Los recursos azulgrana parecen ser infinitos pese a que su plantilla es corta si se la compara con las de los mejores equipos continentales.

La estadística asegura, por lo demás, que el Barcelona nunca ha ganado dos veces consecutivas en Chamartín. El actual campeonato, en cambio, recuerda al disputado en la temporada 1959-1960, y entonces se impusieron los azulgrana por la diferencia de goles. La progresión de unos y otros anuncia la posibilidad de batir los récords de puntos y goles del campeonato. Así las cosas, el partido de hoy se presenta como la sinopsis de la Liga, circunstancia que ha provocado una máxima expectación internacional. El clásico se anuncia como el partido definitivo para señalar al campeón.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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