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Reportaje:CICLISMO | Contador, ante el Tribunal Arbitral del Deporte

Entre la carne y la sangre

El TAS dedica la primera jornada del juicio a Contador a la búsqueda de la ternera del solomillo

Carlos Arribas

Alberto Contador, sentado en un lateral de la mesa, a la izquierda de los tres árbitros, enfrente de los abogados de la acusación, no se perdió ni un segundo de las deliberaciones: algo más de cinco horas. Es, quiere serlo, testigo de todo. También lo será de las sesiones que celebre la formación del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) de hoy hasta el jueves. Bajo su mirada, severa, se decidirá qué será de su honor y su honra. También, de algunas de sus glorias deportivas, como la victoria en el Tour de 2010, su tercer Tour, que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Unión Ciclista Internacional (UCI) consideran que debe perder al haber dado positivo por clembuterol, una sustancia prohibida en la lista antidopaje. Pero, más que de hazañas ciclistas y sustancias dopantes, se habló de ganado, mataderos y ganaderos.

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A eso se expusieron y se dedicaron las más de 30 personas, abogados en su mayoría y también expertos científicos, un detective de Madrid y un carnicero vasco, que entraron y salieron a lo largo del frío y luminoso día del otoño suizo de una sala de la sede del Comité Olímpico Internacional (COI), elegida por su amplitud y por su sistema de traducción simultánea, y antes de otra de la del TAS, unos kilómetros más allá, donde sentaron sus reales Efraim Barak, Ulrich Haas y Quentin Byrne-Sutton, los jueces finales.

Ante ellos testificaron tres de los cinco testigos previstos. Hablaron Javier López, el gerente de Asoprovac, la asociación española de ganaderos de vacuno; Xabier Zabaleta, el carnicero de Irún que vendió el solomillo que se comió Contador durante el Tour de 2010, y César Martín, un detective que, por encargo del ciclista español, intentó, sin lograrlo, seguir la pista de la pieza de carne: de qué res procedía, dónde fue sacrificada...

Aunque todas las partes han hecho pacto de silencio y la sesión se celebró a puerta cerrada -no a ventana cerrada: un amplio ventanal permitía ver desde la calle la inmensa mesa cuadrada alrededor de la que se sentaron todos como una pantalla gigante de televisión-, se pudo saber que los abogados de la AMA y la UCI no estuvieron especialmente agresivos -"ha sido un examen fácil", dijo el detective- y que quedó claro que la idea de la AMA del origen salmantino y zamorano de la ternera no estaba nada clara. Esa duda abona la tesis de Contador del escaso control de la industria cárnica en España y la posibilidad de la contaminación por clembuterol.

Hoy, después de que testifiquen dos estadísticos de las dos partes, se pasará a la segunda variable del caso: la prueba de la sangre.

Alberto Contador (segundo por la izquierda) y su abogado intercambian impresiones en la comparecencia de ayer.
Alberto Contador (segundo por la izquierda) y su abogado intercambian impresiones en la comparecencia de ayer.F. C. (AFP)

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.
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