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Reportaje:

Las claves jurídicas de Contador

El ciclista contrata al abogado suizo que ha logrado la absolución de Pellizotti - Su estrategia pasa por que sea la acusación la que pruebe su culpabilidad, no él su inocencia

Carlos Arribas

A Franco Pellizotti le quiso sancionar la Unión Ciclista Internacional (UCI) porque su pasaporte biológico no estaba correcto, pero el Comité Olímpico Italiano (CONI), que le juzgó de entrada, archivó la denuncia. Lo hizo atendiendo a los argumentos del abogado del corredor, quien logró milagrosamente dar la vuelta a una de las piedras básicas del edificio jurídico del movimiento antidopaje, la llamada responsabilidad objetiva, que deriva en que la carga de la prueba no recae en la acusación, sino en el acusado: en el juicio se parte de la culpabilidad del deportista positivo, dejando a este la obligación de demostrar su inocencia. Ese letrado es suizo, se llama Rocco Taminelli y a él ha recurrido Alberto Contador para que guíe su batalla para salir sin daño de los procesos disciplinarios que le esperan.

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A ellos acude Contador no solo convencido de su inocencia, y con la confianza de que la UCI también cree en él, sino también de que su problema es fruto de las peleas políticas incesantes entre la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la UCI, por un lado, y las autoridades españolas, por otro. Creen en la AMA que la UCI ha ocultado casos y que no ha actuado diligentemente con las acusaciones de Floyd Landis sobre la presunta colusión de Lance Armstrong con Hein Verbruggen, el ex presidente de la federación internacional. Sobre España, basándose en la Operación Puerto y en el asunto Valverde, condenado por el CONI, creen que hay falta de decisión en la lucha contra el dopaje. Por eso, piensa Contador, quieren convertir en ejemplar su caso.

El objetivo en las peleas jurídicas que deberá librar Contador -primero, ante el Comité de Competición de la federación española; luego, previsiblemente, ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS)- será el mismo que en la defensa de Pellizotti: invertir la carga de la prueba; demostrar que los argumentos científicos de la parte acusadora, construidos alrededor de un control positivo por 50 picogramos de clembuterol por mililitro de orina (un picogramo es la billonésima parte de un gramo), no tienen peso suficiente para constituirse en prueba definitiva de culpabilidad. Se apoya también en que la UCI subrayó muy claramente en su comunicado del lunes el concepto de presunción de inocencia referido al tres veces ganador del Tour de Francia.

Las bases científicas de la acusación, aquellas que le han costado tres meses a la UCI y a la AMA acumular, las recibió Contador el lunes por correo electrónico. Consisten en el informe del laboratorio de Colonia sobre su positivo por clembuterol en el control del 21 de julio y en cuatro estudios publicados por diferentes expertos en revistas científicas. Uno de ellos versa sobre la posibilidad de que el clembuterol se deba al consumo de carne contaminada -la tesis del deportista-; otro, sobre la de que se hallara en un suplemento nutritivo contaminado; un tercero, sobre el uso de microdosis para evitar la detección en los controles, y el cuarto, sobre las sorpresas que se encuentran quienes recurren a transfusiones de sangre almacenada durante meses y ven reaparecer en mínimas cantidades los productos prohibidos que tomaban cuando se la extrajeron.

A los propios expertos en la lucha antidopaje las pruebas de la acusación les parecen tenues. "La UCI y la AMA han trabajado con mucho sigilo", dice, bajo condición de anonimato, un experto internacional de ambos organismos; "entre saber que se ha dopado y probar que se ha dopado hay un buen trecho y, dado que entre la UCI y la AMA tardaron tanto tiempo en sentirse con fuerzas y confianza para proseguir con el proceso, estoy seguro de que tendrá que ser el TAS el que decida finalmente".

Con la misma idea trabaja la defensa de Contador, para la que el trámite ante la federación española es un aperitivo de la verdadera batalla que le espera, la del TAS. Por eso desea que el Comité de Competición decida cuanto antes, en un mes o así -en estos casos, cuentan desde la federación, es la densidad de la defensa la que marca los tiempos-, para que el TAS, ante el que recurrirá seguramente la parte perdedora y cuyos plazos suelen alargarse hasta seis meses, pueda resolver definitivamente antes del comienzo del próximo Tour.

Contador también construirá su defensa alrededor de una serie de informes científicos, encabezados por el del químico holandés Douwe de Boer, que deberán examinar los expertos a los que recurra la federación española. A esos documentos sumará el ciclista de Pinto el historial de los análisis, certificados por la propia UCI, a los que se sometió en los últimos años y que, unidos a su pasaporte biológico, pueden, a su parecer, convertirse en la mejor prueba de su conducta irreprochable.

Alberto Contador.
Alberto Contador.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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