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La depresión de Forlán

El delantero del Atlético lleva nueve partidos seguidos sin marcar, su peor sequía

Ahí donde se le ve, triste y alicaído, Diego Forlán empezó la temporada como un tiro: tres goles en las dos primeras jornadas. Dos meses después, así sigue. El delantero del Atlético lleva nueve partidos seguidos sin marcar (seis de Liga y tres de Liga Europa), la peor sequía en la carrera del pichichi de 2006, el Bota de Oro de 2009, el nombrado mejor jugador del pasado Mundial, en el que fue semifinalista con Uruguay. "Puede estar cansado, pero es, como siempre, una referencia", le defiende Ujfalusi. "Estoy cansado de dar explicaciones por un tema que no existe. Forlán es Forlán, con eso lo digo todo", añade Quique Flores.

Forlán lleva siete temporadas en España, desde que en el verano de 2004 cambió el Manchester United por el Villarreal. Su estreno con el conjunto amarillo fue el mejor que se le recuerda: cuatro goles en las primeras ocho jornadas de Liga para 25 -su primer pichichi- al final del campeonato. El principio del curso 2005-06 fue similar, aunque algo más flojo (dos goles para diez en total).

Como su última campaña en Vila-real: 3 goles de un saco de 19. Desde su llegada al Calderón -16 goles en la Liga de 2007-08, 32 en la 2008-09 y 18 en la pasada-, la actuación de Forlán no ha podido ser más equilibrada: tres goles a estas alturas de campeonato en sus cuatro temporadas como rojiblanco. "¿Pues ahí se acaba el debate, no? Ya le llegará su momento", alega Tiago. "Se le responsabiliza en exceso. Él el primero. Al final será el que más goles sume de la plantilla", insiste Quique Flores, que decidió dejarle fuera de la convocatoria para jugar hoy contra el Universidad de Las Palmas "para que siga un plan específico de entrenamiento".

La decisión del entrenador no alivió al rematador. "Como no le salen las cosas, ahora mismo está peleado con el mundo. Es como un niño que se enfada y no respira", explica el círculo de Forlán, que se desplaza con aire ausente por la ciudad deportiva de Majadahonda. Con una sola cosa en la cabeza: el balón dentro de la portería. "Es tan exigente consigo mismo que, si no marca, entiende que no está haciendo bien su trabajo", remachan en el vestuario.

"Todos los delanteros tienen siempre ganas de marcar y de hacer las cosas bien", apunta Godín, con una advertencia de fondo: "Es cuestión de tiempo que pueda meterla dentro. Diego tiene una calidad indiscutible... Pero ya ha dado mucho por este club". Recuperado Agüero de sus problemas en un glúteo y la rodilla derecha, al cuerpo técnico le ocupa acelerar el estado de forma de su pareja de baile, por más que Diego Costa cuente cuatro goles. "Forlán puede acusar más la fatiga en octubre o noviembre. Ahora va a iniciar la temporada bastante bien, aprovechando la inercia del Mundial. Pero en esos meses puede venirle la fatiga", barruntaba en verano Jordi García, el preparador físico. El vaticinio no pudo ser más exacto.

Después de una temporada al límite en la que el equipo colchonero jugó 64 partidos, el delantero se reincorporó a la disciplina del Atlético el 9 de agosto, tras casi un mes de vacaciones y con apenas tres semanas de plazo para preparar la final de la Supercopa de Europa contra el Inter. "Mantuvo el tono porque venía muy bien del Mundial, pero como no ha hecho una pretemporada idónea está pagando el peaje de Sudáfrica. Tiene que recuperarse, como muchos de los españoles: ahí están Xavi, Villa, Sergio Ramos...", insisten en los despachos del Manzanares.

Diego Forlán, durante una entrevista.
Diego Forlán, durante una entrevista.

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