_
_
_
_
_
Reportaje:Gran Premio de Cataluña

Un despiste ridículo

Julián Simón, cuarto finalmente, creyó que había ganado en 125cc cuando todavía le faltaba una vuelta

Oriol Puigdemont

Tanto nadar para acabar ahogándose en la orilla. Un despiste ridículo, impropio de un piloto de su nivel, dejó en evidencia a Julián Simón, motociclista de Villacañas (Toledo), que cruzó la línea de meta con un brazo en alto, celebrando la victoria en la carrera de 125cc, una vuelta antes de tiempo y que finalmente se quedó fuera del podio. Desde el muro del equipo Aspar, los mecánicos no se lo creían. En la pizarra le indicaban que aún faltaba un giro, pero Simón se soltó y, en un santiamén, Andrea Iannone, con quien se había enfrascado durante casi toda la prueba, le adelantó como un obús. Cuando reaccionó, al llegar al final de la recta principal, y volvió a darle al mango, ya había sido engullido por el segundo grupo de corredores.

"Cuando ocurren cosas así, a uno se le queda una cara de idiota tremenda"
Más información
Inolvidable

Sofocado por el error, a punto estuvo Simón de irse al suelo media vuelta después, cuando su Aprilia le dio un zurriagazo y le descolgó mientras trataba de recuperarse a la desesperada. Embutido entre el tráfico, el toledano cruzó la meta en lo que él pensó que era el tercer lugar, pero la foto finish le hizo olvidarse del podio cuando ya iba hacia él en una escena que resume el bochornoso despropósito que le sobrevino en Montmeló.

"He visto que el marcador electrónico marcaba dos veces L1 [es la contracción de Lap 1, que significa que falta una vuelta para terminar] y me ha extrañado que no ondearan la bandera de cuadros", dijo Simón. "Estaba muy concentrado. Puede que ése fuera el problema, que sólo estaba pendiente del tiempo. Pensaba que era la última vuelta cuando era la penúltima y por eso he tirado al máximo para tratar de matar la carrera", acertó a argumentar mientras recibía el consuelo de Fonsi Nieto, a quien le ocurrió algo parecido en una carrera durante la temporada de 2003.

"Cuando he querido reaccionar, iba en sexta, con la moto ahogada. He tirado de embrague, pero ya me había quedado sin vuelta. Aun así, me he visto fuera del podio por una sola milésima", explicó el piloto del equipo Aspar, que, a pesar del fiasco, mantiene el liderato del Mundial de 125cc. "Cuando ocurren cosas como ésta, a uno se le queda una cara de idiota tremenda. Eso es lo peor. Pido disculpas al equipo por el error que he cometido porque ha trabajado un montón para ofrecerme una moto que ha ido de maravilla", se sinceró.

Julián Simón, tras la carrera.
Julián Simón, tras la carrera.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_