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Crónica:Roland Garros
Crónica
Texto informativo con interpretación

El 'diablito' espera a Nadal

Almagro jugará los cuartos contra el campeón, que derrotó a Verdasco pese a un mareo

Llegó Nicolás Almagro, el diablito, que dice su camiseta, y mandó callar. Andaba el murciano con el paraguas puesto, sin saber si sólo le caía lluvia o si la ola de abucheos, pitos, palmas y gritos también mojaba. Andaba el murciano con su paso de conquistador mientras Jeremy Chardy, un francés jugando en casa, le apuraba el aliento con saques de plomo y hielo. Andaba así Almagro, calladito, mordiéndose su peligrosa lengua, girado de cuando en cuando en una esquina para dar rienda suelta a sus pensamientos, cuando un espectador cantó mala una bola tan buena como el partido. Y entonces el murciano mandó parar y callar. Y se llevó el dedo a los labios. Y acabó venciendo por las bravas (7-6, 7-6 y 7-5) un partido que le deja como el tenista que más encuentros ha ganado sobre arcilla este año (29).

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Ahora, prueba de fuego: Rafael Nadal, que desarboló a un disminuido Fernando Verdasco pese a un mareo inoportuno (6-1, 6-0 y 6-2), le espera en cuartos de final.

La lluvia enfermó al campeón. Marchaba Nadal lanzado hacia la victoria cuando rompió el aguacero. El parón, sudor enfriándose en el vestuario, le dejó "bajo de tensión y un poco mareado". Se reanudó el partido y el número dos del mundo debió llamar al fisioterapeuta. Debía ganar tiempo. Minutos para comerse un plátano entero y un poco de pan. Segundos para recuperarse y emprender el camino de los cuartos, a donde llega sin haber perdido un set y habiendo cedido sólo 22 juegos, su mejor marca en Roland Garros. Llueve, truena y cae la fresca nocturna en París, pero nada altera al campeón. Puro pulso competitivo: "Aquí, sólo jugando a morir cada punto puedes llegar a algo. Yo fuerzo la máquina en cada pelota, porque esto no es un deporte para especular".

Verdasco no tuvo respuesta. Jugó con un cuádriceps medio estropeado y el pie derecho aún convaleciente de su paso por el torneo de Hamburgo. "Y si no estás al 200%, no puedes hacer nada ante Rafa", resumió. Su frase, lapidaria, dejó al mallorquín pensando en Almagro: "Tiene mucho potencial. Ahora mismo es uno de los oponentes más duros sobre tierra batida. Será mi partido más duro hasta el momento".

El murciano, mientras tanto, vivió un calvario, silbado él y silbado el puñado de españoles que cantaba "¡Que viva España!" sobre el cemento mojado de la Suzanne Lenglen. "¡Vamos! ¡Va! ¡Va!", se decía en la soledad de su esquina, confesionario silencioso en medio de los cánticos del público. El diablito, que dejó su firma en una cámara -"Te quiero con toda mi alma, mamá"-, se la juega ante Nadal. Son palabras mayores. Un Himalaya casi imposible de arcilla. Y, aún así, en la grada tiene hasta quien le pone pancartas como anuncios: Le grand Nicolas juega contra el tricampeón invicto en París.

Individual masculino. Octavos de final. Hombres. N. Djokovic (Ser)-P. H. Mathieu (Fr.), 6-4, 7-6 y 6-3. E. Gulbis (Let.)-Michael Llodrá (Fr.), 6-4, 7-6 (4) y 6-3. Mujeres. P. Schnyder (Sui.)-K. Srebotnik (Esl.), 6-2 y 6-4.

Almagro y Nadal cara a cara en lalistaWIP

Nadal devuelve la bola en el partido contra Verdasco.
Nadal devuelve la bola en el partido contra Verdasco.REUTERS

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