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Reportaje:TENIS | Abierto de Australia

Un doctor y dos tenistas

Cotorro encarga nuevas pruebas para determinar la lesión de Nadal y trata el maltrecho tobillo de Carballés, semifinalista júnior

Rafael Nadal volaba en la noche australiana del jueves rumbo a España, donde deberá hacerse una resonancia magnética y una ecografía en los próximos "tres o cuatro días" para conocer el alcance exacto de la lesión que sufre en los isquiotibiales, además del tiempo de baja, que ahora mismo se estima en menos de un mes.

El mallorquín podría así jugar el Bélgica-España de primera ronda de la Copa Davis. La ecografía que el número uno se realizó nada más perder en cuartos del Abierto de Australia no fue lo suficientemente clara. "Nos permitió confirmar el pinchazo en los isquios de la pierna izquierda y descartar que sea una lesión importante", explicó el doctor Cotorro; "pero son músculos exigentes y una pequeña rotura incapacita para el juego".

Si la baja del número uno supera el mes no podría jugar ante Bélgica en la Davis

El tenista español, tratado con hielo y antiinflamatorios, cenó en su habitación del hotel, tras pasar el control antidopaje y rodeado de los suyos, ya bien de madrugada. A esas horas, el granadino Roberto Carballés, el número nueve del mundo júnior, soñaba con ser el primer español en semifinales del Abierto de Australia de su categoría en 11 años (Tommy Robredo fue el último en lograrlo en 2000). Lo consiguió: ganó 6-3 y 6-2 al estadounidense Styslinger mientras el doctor Cotorro le recordaba desde la grada cómo tenía que cuidar su castigado tobillo izquierdo.

"Antes de empezar el torneo", explica el médico; "tuvo un esguince de grado I-II en el ligamento lateral externo. Los primeros días estuvo justito...". El tenista granadino, sin embargo, se recuperó gracias a una triple combinación: se trató con hielo y antiinflamatorios, trabajó con ejercicios de recuperación y en compañía del fisioterapeuta Julián Casanova, y tuvo la suerte de que los federativos se hubieran trasladado hasta Melbourne con una máquina de hipertermia Tecar, que cuesta más de 15.000 euros.

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