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Reportaje:

El dopaje, como el narcotráfico

La Eurocámara pide castigar con más dureza el tráfico de sustancias

El deporte es un negocio que mueve anualmente en la UE más de 400.000 millones de euros y da trabajo a unos 15 millones de personas. El motor del sector son los deportistas de élite, sometidos a ingentes presiones y acosados por el azote del dopaje. Contra esa amenaza se alzó ayer el Parlamento Europeo al proponer que el tráfico de sustancias dopantes sea equiparado al tráfico de drogas y penalizado en consecuencia.

La Eurocámara aprobó un informe sobre el deporte en que aborda la cuestión del dopaje. El ponente del poliédrico trabajo, el eurodiputado griego Manolis Mavrommatis, considera que uno de los principales logros es que haya acuerdo en pedir que el submundo del dopaje sea sometido a las mismas leyes penales que afectan al tráfico de drogas. "Los que comercian con el dopaje deben ser tratados como narcotraficantes", sentencia el veterano periodista deportivo griego reconvertido a la política.

Por 518 votos a favor, frente a 49 en contra y 9 abstenciones, el Parlamento Europeo pide a los Gobiernos de la Unión "que aborden el comercio de sustancias dopantes ilegales de la misma forma que el tráfico de drogas y que adapten sus legislaciones nacionales en este sentido". A ojos de los eurodiputados, los deportistas no son los culpables de la situación. Son víctimas y la parte más visible de un engranaje multimillonario que les somete "a una presión injustificable", a la que algunos sucumben a veces con trágicas consecuencias. Por ello propone la Eurocámara, además de perseguir como a peligrosos delincuentes a quienes trafican con el dopaje, que se "eviten los calendarios excesivamente recargados" y que los clubes profesionales y las organizaciones deportivas adopten el compromiso de luchar contra el dopaje. El informe no es vinculante, pero tiene cierto ascendiente político, aunque sólo sea el que la Comisión Europea y los Gobiernos le quieran dar.

La Eurocámara también entra en el universo del fútbol y se alza contra los planes de la FIFA para imponer la llamada norma 6+5, la idea de su presidente, Joseph Blatter, para forzar a cada club a alinear de salida al menos seis jugadores nacionales. El Parlamento pide a los Estados miembros y a los clubes que no introduzcan una norma que crearía una situación de discriminación por nacionalidad incompatible con la legislación comunitaria, que también protege la libre circulación de trabajadores.

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