El dopaje, "un problema mundial"

Hace unos años, en la revista Spiegel, en una de esas entrevistas en las que Koch asegura que le han tergiversado habitualmente respecto al dopaje, la ex atleta modifica un poco su discurso: "Me ordenaron seguir. Y me dejaron entrever que podría ir a entrenarme a Cuba. Pero tenía miedo por mis lesiones y mi edad. Cuando se lo intenté explicar, Manfred Ewald me espetó: 'Pues si un atleta está viejo y enfermo, se tiene que retirar'. Palabras duras, sin duda, pero me hicieron más fácil declarar mi retirada inmediata".

Ewald fue, como se conoce gracias a los juicios a que fueron sometidos los dirigentes deportivos de la RDA, el máximo responsable de la política de dopaje masivo con las adolescentes. Fue condenado. "Cargó con la culpa, pero no solamente hubo dopaje en la RDA. Es un problema mundial, hasta hoy en día", dijo Marita.

En 2000, su marido, Wolfgang Meier, entrenó brevemente a la francesa Marie José Pérec, la atleta que más se acercó a sus marcas y que declaró que los 47,60s de Koch no contaban para ella como récord. "Claro que Marie José me preguntó si lo hice o no lo hice. Y le dije que no me había dopado. Hace poco me confesó: 'Si yo también me hubiera entrenado 10 años con tu marido, también habría bajado de los 48,05s", dice Koch al Spiegel. "Al principio me sorprendió la cooperación de Meier con Pérec, pero la propuesta fue de él, le había ofrecido ayuda y ella le llamó, porque sobre todo quería correr en los Juegos de Sidney", añade.

El experto antidopaje alemán Werner Franke, que tuvo acceso a los documentos secretos de la Stasi, la policía política de la RDA, escribió que Marita Koch participó en el programa de anabolizantes masivos. En 1992, Brigitte Berendonk, en su libro Dopaje. De la ciencia a la estafa, menciona que Koch se sometía a un tratamiento anual de 1.460 miligramos.