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Crónica:Valencia 0 - Real Madrid 1 | Primera
Crónica
Texto informativo con interpretación

A la italiana

Un estupendo gol de Raúl le dio una importantísima victoria al Real Madrid, que entra de lleno en la lucha por el título y deja al Valencia muy lejos de los puestos de cabeza

No estaba la cosa para bromas ni se permitía el traspié. Era de esos partidos que te ponen o te quitan, que acercan o te alejan, que sirven para determinar las posibilidades reales de éxito de cada uno, que dejan muy tocado al perdedor y orgulloso y motivado al que gana.

No estaba la cosa para bromas ni se permitía el traspié. Era de esos partidos que te ponen o te quitan, que acercan o te alejan, que sirven para determinar las posibilidades reales de éxito de cada uno, que dejan muy tocado al perdedor y orgulloso y motivado al que gana.

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Además, el Valencia, azotado por una durísima plaga de lesiones y distraído por una estúpida e inútil guerra interna de egos, había perdido contacto con la cabeza y una derrota ante el Real Madrid, uno de los equipos con los que, en teoría, se habría de jugar el campeonato, podría dejarle en la cuneta, sonado y lejos de los cuatro primeros puestos.

Jugaba Villa. Y Silva. Morientes, en el banco. Y quería el Valencia llevar la iniciativa dándole mucho juego al canario por la izquierda y buscando el disparo de Villa, rezando, eso sí, para que el delantero asturiano no se resintiera de su lesión; a los cinco minutos Cannavaro vio la tarjeta amarilla después de una entrada que dejó tiritando al guaje, tanto, que al cuarto de hora fue sustituido por Vicente, puede que a causa de la tarascada del central italiano o porque, simplemente, su regreso resultó demasiado precipitado.

Se quitó la presión de encima el Madrid y cogió un poco de aire con llegadas de Robinho y Van Nistelrooy, que hicieron trabajar al bueno de Cañizares y sacaron los colores a los centrales valencianistas, lentos y desubicados. Fueron los minutos que siguieron a la salida de Villa, en los que Quique situó a Silva en la media punta y colocó a Vicente en la izquierda, momentos de dudas y ajuste que aprovecharon los de Capello para quedarse con el balón.

No tardó el Valencia en recuperar el control del juego, porque aunque el partido estaba resultando más emocionante que estético, más táctico que creativo, eran los del murciélago los que trataban de dominar, de crear algo de juego, de buscar la portería contraria. Sin embargo, el ejercicio de los valencianistas era más una sensación que una realidad, porque la posesión del balón andaba muy repartida y el fútbol estaba perdido en un batalla repleta de faltas tácticas, marcajes estrechos y patadas a seguir.

Chispazo de Raúl

Dejaron la caseta los futbolistas para ofrecer un calco de la primera mitad, esto es, iniciativa del Valencia y buena colocación defensiva del Madrid, mucho sudor y poco fútbol. Todo seguía siendo bastante previsible, hasta que, de pronto, como si el Real Madrid hubiera viajado un minuto al pasado, se adelantó con una especie de fogonazo que recordaba otros tiempos; llegada por sorpresa de Roberto Carlos bufando como una locomotora, pase al área y gol eléctrico de Raúl. Simple y efectivo.

Y vuelta a empezar, porque el Valencia recuperó de nuevo el dominio y buscó el marco de Casillas con más empuje que imaginación, como antes, como desde el principio. Es verdad que Angulo, Silva y Joaquín pusieron a prueba al de Móstoles nada más encajar el gol, coletazos previos al óbito, pero el Madrid se mantenía firme en defensa, Casillas estaba inspirado, Emerson y Diarra paseaban la guadaña por la medular y Reyes, Robinho, Raúl y Van Nistelrooy podían crear una jugada de gol en cualquier momento.

Salió De la Red por Robinho y Tavano, por fin, por Pallardó; Capello quería más control, Quique, al menos, el empate. Marcaba el reloj el último cuarto de hora y los dos equipos más italianos de la Liga española afrontaban la recta final con parecida filosofía pero con diferentes necesidades. En cualquier caso, las fuerzas eran ya escasas y si un equipo tenía que hacer un esfuerzo extra ese era el Valencia.

Se notaba además que jugadores como Baraja, Vicente o Tavano no se encontraban en buena condición, que ni Silva ni Joaquín son portentos físicos y que sin Morientes ni Villa el Valencia pierde pegada y agresividad. Así las cosas, era el Madrid el que tenía más cerca el gol, de hecho, De la Red perdonó, o más bien Ayala, bajo palos, salvó, una ocasión que pudo sentenciar definitivamente el partido.

Angulo pudo empatar en el último minuto, sólo ante Casillas, pero su fallo sólo sirvió para reflejar el mal momento y la mala suerte de un equipo que ve como se alejan peligrosamente los puestos de cabeza.

Raúl celebra el gol del triunfo
Raúl celebra el gol del triunfoAP

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