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Reportaje:

El escudo o el patrocinador

Las becas de la Federación Española a jóvenes tenistas chocan con los contratos que firman con sus representantes desde los 14 años

La Federación Española de Tenis tiene una lista con los nombres de algunos de los jugadores españoles más prometedores. En el documento figuran 20 tenistas de entre 14 y 19 años. La Federación les ha ofrecido una beca económica. Y, vaya sorpresa, sólo la han aceptado 18. Los otros dos, mientras tanto, reflexionan sobre una de las cláusulas del contrato que tienen que firmar. Los otros dos, negocian. Los otros dos, que tienen el mismo problema que en el futuro podrían tener Rafael Nadal o Tommy Robredo, todos los profesionales españoles, preguntan a sus patrocinadores, multinacionales de ropa deportiva, qué deben hacer.

La Federación quiere que los jugadores vistan el escudo nacional cuando representen a su país. Que la palabra España, letra a letra, reluzca en las camisetas de los jugadores, bien visible en sus espaldas. Y resulta que eso es imposible. Que los niños tenistas ya tienen m ánager a los 14 años. Que los jugadores más prometedores ya disfrutan de sus servicios, de la gestión de sus nacionalizaciones, de raquetas y ropa gratis, desde los nueve. Y que cuando uno de ellos firma con una marca de ropa se compromete a vestirla siempre y únicamente. Sin excepciones. Sin aditivos. Sin que aparezca otra palabra. Aunque sea España.

Los niños deben vestir los colores nacionales, pero tienen obligaciones con marcas de ropa

"Es una pena que tengan representantes desde tan pequeños", dice Pedro Muñoz, presidente de la Federación española, que ha aprobado "por unanimidad" la medida para jugadores de categoría alevín hasta júnior. "Lo que proponemos es nuestro derecho. No me parece correcto que los mánagers se lo hayan vendido de una forma implícita a varias multinacionales", continúa. "El que no acepte llevar a España no jugará. Y no me preocupa. Si el número uno y dos no quieren jugar, seguro que el tres y el cuatro necesitan más ayuda económica de la Federación. Esto es esperpéntico. Hay casos en los que el mánager propone al padre llevar al jugador al Centro de Alto Rendimiento. Luego, le cobra la gestión. ¡Y el CAR y la beca de seis millones de pesetas son nuestros! Todos los equipos profesionales van uniformados. Por eso hemos aprobado que se llame selección española de tenis y no equipo de Copa Davis".

¿Por qué no se aplica la medida también a los profesionales? "Me dicen que por qué no me meto con Nadal", contesta Muñoz, "y no es cuestión de eso. También hablo con ellos, pero a ellos no les ayudamos en nada. Por eso mantenemos dos tempos. Queremos que al menos se fotografíen con el chándal. Y, mientras, negociamos".

El tenis es el deporte individualista por definición. No hay equipos. Hay jugadores. El problema, según fuentes conocedoras de los entresijos del tenis, es de pura "demagogia". La Federación, cuentan, quiere lanzar su propia línea de ropa deportiva. Firmar, a la larga, su propio contrato con una marca deportiva. Hacer negocio.

"La Federación busca un buen contrato, una marca", dice un agente de IMG, la agencia de representación más importante del deporte. "Nosotros construimos la imagen de los jugadores, en mi caso, a partir de 15 años. Buscamos que sólo se preocupen de entrenarse. A Georgi Rumenov, por ejemplo, le hemos ayudado con los trámites de su nacionalización. Intentamos hacerles un nombre, que salgan en los medios. Los contratos van a través nuestro. En el tema de la Federación, algunos representados nuestros no están por la labor de colaborar", añade. "Cuando expiren sus contratos, habrá que ver si se renegocian y se consiguen liberar dos o tres semanas al año

[sin obligación de vestir la ropa de marca]. Y habrá que ver si las marcas lo aceptan".

Virginia Peña tiene nueve años y juega al tenis. "Es muy buena", cuentan los mismos que dicen que ya ha tenido mánager. Que ha estado en el entorno de Sergio Troncoso, antiguo organizador del circuito NIKE, que era el de las jóvenes promesas. Y que ahora le tienta IMG. "Con esa edad, no puedes firmarla. Es una etapa lúdica. Se les asesora y nada más". Peña, como Carlos Boluda, que ha ganado dos veces Les Petites As, el campeonato del mundo infantil -uno de los dos jugadores que no ha firmado el contrato de la Federación, según fuentes de la misma-, tiene raquetas gratis, ropa de regalo e invitaciones a los mejores torneos gracias a su gran futuro.

"¡Todavía es una niña!", dice Joan Bosch, su ex técnico. "No hemos podido seguir con ella por los intereses creados. Hay que educar con cuidado. Cuando apuntas a un niño para dibujo, no es para que sea Picasso. En el tenis, lo hacen para que sea Sharapova. Virginia tiene que ser lista. Estaba profesionalizada desde el día que llegó".

"¡Es que los mánagers saben qué padres están divorciados! ¡Prometen de todo a los niños! ¡Van a los torneos a recabar datos!", se escandaliza Javier Duarte, ex capitán del equipo de la Copa Davis y director deportivo de la Federación. "Enseguida les meten presión. Virginia tiene a todo el mundo detrás... ¡Que la dejen jugar!".

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