_
_
_
_
_

Las espinas de Inglaterra

Los jugadores del 'XV de la Rosa' acaparan más titulares por las polémicas que por sus victorias

Inglaterra se vuelve a medir a Francia en una eliminatoria de un Mundial de rugby (mañana, 9.30; C+ Deportes) después de eliminar a los blues en las semifinales de 2007. El XV del Gallo está, al igual que hace cuatro años, inmerso en dudas y controversias, con un enfrentamiento abierto entre el seleccionador Marc Lièvremont y la prensa de su país y crecientes dudas sobre su juego, sobre todo después de la derrota en el último partido contra Tonga. Pero, al contrario que en las pasadas semifinales, Inglaterra no es una balsa de aceite. El XV de la Rosa también tiene sus espinas.

Sanciones de oficio por acciones antideportivas, acusaciones de empleadas de hoteles, salidas nocturnas, multas por publicidad encubierta... Pese a contar sus partidos por victorias, en Inglaterra se habla más de las polémicas de dentro y fuera del campo que del juego. "No quiero hablar de estos asuntos cuando nos acabamos de clasificar", espetó el seleccionador, Martin Johnson, esta semana, cansado de pasar más tiempo dando la cara por sus pupilos que hablando de rugby.

Más información
Sean O'Brien, la nueva esperanza de Irlanda

En lo estrictamente deportivo, los ingleses han sido sancionados en cinco ocasiones y solo han jugado cuatro partidos. El primer castigo fue para el segunda línea Courtney Lawes (dos partidos sin jugar) por propinarle un rodillazo al argentino Ledesma después de un placaje. "Era una jugada rápida y se lanzó con la intención de hacer un placaje para evitar un ensayo", le excusó Johnson después de conocer la sanción: "cualquier contacto fue accidental". Los siguientes en ser investigados de oficio por la organización fueron el entrenador de pateadores, Dave Areb, y el preparador físico, Paul Stridgeon. Ante la falta de acierto con el pie del otrora infalible Jonny Wilkinson, los dos técnicos le cambiaron el balón antes de patear en el partido contra Rumanía, algo ilegal, y el porcentaje de acierto de Wilko pasó de apenas un 50% de tiros buenos a casi un 70%. En esa ocasión fue la propia federación inglesa la que impuso la sanción de un partido.

Los dos últimos en ser condenados han sido Delon Armitage y Manu Tuilagi, que además han sido protagonistas de polémicas a lo largo de todo el año. Armitage, que se perderá el partido de cuartos contra Francia por un placaje alto y peligroso al escocés Chris Patterson, se ha pasado casi tres meses sin jugar en 2011, sin estar lesionado. En enero le sancionaron dos meses por empujar e insultar a un oficial antidopaje tras un partido con su club, los London Wasps, y se perdió el Seis Naciones. Y, al poco de cumplir su castigo, le propinó un puñetazo a Stephen Myler, de los Northampton Saints, y se pasó tres semanas más sin jugar.

Tuilagi acaparó aún más titulares. El joven centro de origen samoano ha pasado este año de estar a punto de ser expulsado del Reino Unido por entrar ilegalmente en el país, a ser una de las estrellas de la Primera División y acabar la temporada sancionado cinco semanas por liarse a puñetazos, en las semifinales del campeonato, con Chris Ashton, ahora compañero suyo en Nueva Zelanda. Esta semana ha sido multado con 5.700 euros por llevar publicidad en su protector bucal. "Es el mismo que uso siempre. Lo tengo desde que jugaba con la sub 18", se explicó Tuilagi, pero ha tenido que pagar.

Los quebraderos de cabeza para Jonhson han ido acumulándose en el Mundial, sobre todo, por cuestiones extradeportivas. La primera semana, los periodistas cazaron a algunos jugadores saliendo por la noche, pese a la prohibición de alcohol y toque de queda impuesto por el entrenador. No habría pasado de una mera anécdota si entre los fiesteros no hubiera estado el segundo capitán, Mike Tindall, marido de Zara Philips, nieta de la Reina Isabel II, al que se le vio entrar en un bar acompañado de una chica rubia en actitud cariñosa. El jugador negó la última parte pero, tras dos semanas, tuvo que admitir los hechos a tenor de las fotografías publicadas. "No mintió, explicó los hechos de forma imprecisa", volvió a explicar Johnson. Tindall tampoco estará ante Francia, aunque en este caso por lesión.

La última barrabasada de los jugadores ingleses la han protagonizado tres de sus jugadores más jóvenes, James Haskell (25 años), Dylan Hartley (26) y Ashton (24). Una empleada de un hotel de Dunedin se quejó de que había sido objeto de comentarios lascivos y vejatorios por parte de los rugbiers. De nuevo fue Johnson quien tuvo que salir a la palestra tras obligar a los tres acusados a disculparse formalmente con el hotel y la empleada. "Tienen que ser conscientes de las consecuencias de sus actos y les dejé claro mi enfado", dijo el técnico en tono paternalista, pero matizó: "son jóvenes y la reacción puede ser exagerada, pero tienen que saber quiénes somos y dónde estamos y que estas cosas pueden ocurrir".

Ninguno de los protagonistas de escándalos extradeportivos sufrirá represalias más allá de los enfados de Johnson. Esa actitud la resume el centro Shontayne Hape: "La gente puede decir lo que quiera. Nosotros solo tenemos que ganar". Por ahora lo han hecho, mañana les tocará hacer lo propio contra Francia.

Los jugadores de Inglaterra Ben Youngs, Jonny Wilkinson, Tom Palmer y Dan Cole.
Los jugadores de Inglaterra Ben Youngs, Jonny Wilkinson, Tom Palmer y Dan Cole.STEFAN WERMUTH (Reuters)

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_